Capítulo V

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Dejaron el enjuto y lívido cuerpo sobre el lecho de la finca. Ella no retiraba la vista sobre Matt.

En su rostro ausentaba la señal de vida y juventud que tuvo alguna vez. Unas grandes bolsas violáceas se presentaban bajo sus ojos inyectados en sangre destacando las pequeñas perlas azuladas. Su piel que alguna vez estuvo tersa y vivo en color, era remplazado por llagas rojizas y rasguños que decoraban las hendiduras de su rostro, resaltando sus pómulos para dejar en segundo lugar la ausencia de sus mejillas. Su cabello castaño estaba pajoso, sin brillo, y con algunas ramas incrustados en su cabellera.

La insuficiencia de carne se presentaba en su torso. Las costillas resaltaban con pequeños agujeros negros con un borde rojizo. Parecen picaduras, pensó ella con una mano tapando su nariz y boca. El hedor que emanaba de los poros del chico era insoportable. Algunos de sus compañeros debieron abandonar la finca ya que no lograron soportarlo. En el interior, solo quedaron cuatro personas: Minho, Alby, Newt y ella.

De vez en cuando a ella le venían arcadas, quería dejar su fuerza de lado y abandonar la finca para poder respirar aire fresco, pero su curiosidad era mayor.

El ambiente estaba tenso y el silencio era insoportable.

Alby tenía el cuerpo apoyado en la pared con los brazos cruzados y cabeza gacha. Minho se encontraba sentado en el piso de madera, con las piernas arqueadas y sus brazos sobre sus rodillas. Newt se encontraba de pie, con la mano sobre el mentón, la mirada gacha y con un brazo rodeando su cintura. En cambio ella, le daba la espalda a los tres más al cadáver de Matt, con la vista en la única ventana de la finca. La respiración del grupo era lento y daba la impresión que involuntariamente se pusieron de acuerdo para exhalar al mismo tiempo.

—¿Qué haremos con él? —Minho rompió el silencio.

—Tendremos que enterrarlo en algún lado —contestó ella girando su cuerpo y volver a encontrarse con el cadáver del niño que nunca conoció.

—En el interior del bosque, creo que ahí sería una buena idea —dijo Alby despegando su espalda de la pared-. Ya no quiero volver a ese lugar, chicos. No sé lo que hay allí dentro, pero no quiero terminar como ese niño.

—Pobre Matt —susurró Newt acercándose al cuerpo—. Me preguntó que habrá allí dentro para haberlo dejado en estas condiciones.

-Mañana a primera hora del día lo enterraremos, ¿les parece? -preguntó Alby desoyendo el comentario de su amigo.

Todos asintieron. Alby y Minho se retiraron de la finca. Newt se quedó. Tomó la banca y se sentó cerca de la cama. Colocó ambos codos en sus muslos y entrelazó ambas manos. Apoyó su mentón en ellas y miró fijamente la pared sumergiéndose en pensamientos.

Ella se encontraba en la puerta, estaba lista para retirarse e irse a dormir, pero prefirió quedarse un tiempo más. Por algunos minutos se quedó en el mismo lugar, viendo cada movimiento que hacía su compañero que no inmutaba ni un solo sonido. Ella se cruzó de brazos y se acercó a él.

—Newt. —Fue lo único que salió de su boca. No sabía que decir, no sabía como actuar, no sabía que pensar ante esa escena.

—Por lo menos descansará en paz —arguyó fijando su mirada en ella.

Sus ojos estaban tristes, sin embargo se presentaba una gran ausencia de lágrimas, estaban secos. Ella asintió con lentitud.

—Conseguiste lo que querías —susurró ella.

El cielo violáceo se presentó al día siguiente. Las nubes se ausentaban y los rayos del sol iban a asomarse en unos minutos. El grupo fueron las primeras personas en levantarse.

Error in the Maze | Newt | Ac. LentasWhere stories live. Discover now