Capítulo XXXI

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El silencio se apoderó de la sala ante el comentario de Minho. Todos quedaron mirando al corredor con el semblante atónito, todos esperando que alguien articulara alguna palabra.

—¡Eso es absurdo! —Comentó Gally.

Creo que es segunda vez que estoy de acuerdo con él, pensó Indira sin dejar de lado su cara de sorpresa.

—Se le debería expulsar del consejo por decir esa estupidez —agregó mirando enfurecido a Newt y apuntando de Minho.

—Hey —era segunda vez que Indira comentaba en el consejo—, entonces también deberían expulsarte a ti, haz hablado más estupideces que Minho. Sí lo expulsan a él, que lo hagan contigo también —se acomodó en su asiento y vio la mirada furtiva de Newt y su intento de ocultar una carcajada.

—Tú no deberías hablar, es más, ni siquiera deberías estar aquí, larcha.

—Lo estoy por obligación, de un día para otro me nombraron la segunda en mando mientras Alby se repone, así que tengo derecho a hablar, larcho —soltó con amargura—. Estás celoso porque aún no puedes llegar a este puesto, ¿cierto, Capitán Gally?

—Mira larcha...

—Suficiente —soltó Newt con enojo—. Más respeto Gally, una palabra más contra ella y no respondo ante mis actos. Pequeña, no comentes más, mira que ya me estoy hartando de la voz de Gally

Los encargados se rieron hasta que Gally los miró con furia. Sin embargo los comentarios no cesaron ante esa pequeña discusión. Algunos apoyaban la idea de Minho y otros se negaban rotundamente ante la alocada idea del Corredor. Newt dejó de lado su libreta con las notas tomadas en la charla y alzó las manos para que guardaran silencio. El gesto fue en vano y los murmullos aún no cesaban, hasta que Newt volvió a repetir el gesto y elevando un poco la voz. De ahí, las voces comenzaron a cesar.

—Shuck —dijo—. Nunca había visto tantos larchos portándose como bebés. Aunque no se note, se supone que somos adultos. Actúen como tales o disolvemos este maldito Consejo y empezamos de cero —advirtió, y caminó de una punta a la otra del grupo, mirando a cada uno de los Encargados a los ojos—. ¿Está claro? —Todos asintieron—. Lo que has dicho es un plopus muy delicado, hermano. Lo siento, pero tienes que aclararlo más para que todos entendamos.

— Shanks, es realmente muy fácil para ustedes estar sentados aquí hablando de cosas que desconocen. Yo soy el único Corredor del Consejo y sólo Newt e Indira han estado en el Laberinto.

—¡Yo también estuve allí! —alegó Gally.

—¡Sí, pero tú fuiste el idiota que comenzó a golpear la criatura hasta que despertara! ¡Por eso te pincharon y casi arriesgaste la vida de Indira que se encontraba detrás de ti! —Gritó Minho con furia—. ¡No duraste ni un día, por eso no te cuento, en cambio Indira y Newt si han recorrido el lugar y pueden juzgar a Thomas! No tu miertero, pedazo de...

—Suficiente —gritó Newt— Termina con tu defensa de una vez por todas.

—Bueno, en resumidas cuentas —continuó Minho, mientras tomaba asiento—, yo nunca vi nada parecido. En ninguna ocasión se dejó llevar por el pánico. Ni lloró, ni se quejó, ni se asustó. Amigos, él lleva aquí sólo unos pocos días... Recuerden cómo estábamos nosotros al principio. Acurrucados en los rincones, no confiábamos en nadie, nos negábamos a actuar. Estuvimos así durante semanas o meses, hasta que no tuvimos otra opción que enfrentar la situación y vivir. Sólo unos pocos días después de aparecer aquí, este tipo se mete en el Laberinto para salvar a dos larchos que apenas conoce. Todo este plopus de que él quebró una regla es una imbecilidad. Todavía no comprendió las reglas. Pero muchos ya le habían contado lo que era estar en el Laberinto, especialmente por la noche. Y aun así, él salió, justo cuando la Puerta estaba cerrándose, sólo porque dos chicos necesitaban ayuda.

Error in the Maze | Newt | Ac. LentasWhere stories live. Discover now