Error in the Maze | Newt | Ac. Lentas

Capítulo XXVIII

Newt quedó frente a las compuertas cerradas del laberinto junto con Indira. Atrás de ellos, se podía escuchar el paso acelerado del resto de los habitantes. Minho y Alby no regresaron, y Thomas había tomado la descabellada idea de entrar segundos antes de que se cerrara por completo la compuerta. Newt, enrabiado, se acercó a las murallas grisáceas y comenzó a golpearlas sin motivo alguno. Indira se acercó a él para detenerlo, pero él la rechazo con algunos manotazos. Ella retrocedió unos pasos hasta toparse con su pequeño amigo quien observaba las compuertas con los ojos cristalizados.

—¿Qué pasará ahora, Indira?

—Hay que esperar...

—¿Crees que volverán? —Ella asintió.

—Minho es inteligente, sabrá salir de esta... Y Thomas... bueno hace días que ha tenido ganas de entrar allí, así que...

—Yo creo que lo logrará —sonrió con debilidad—. Yo sé que lo hará.

—Así será, Chucky —finalizó acariciando su cabello.

Newt se levantó del suelo, refregó su rostro con sus manos y giró para quedar frente a todos. Trató de articular algunas palabras, pero no pudo. Con su mano hizo un ademán para que se retiraran. Indira se acercó a él y señaló el suelo para que ambos se sentaran.

Él mantuvo la vista gacha todo el tiempo y no dijo ni una sola palabra. De vez en cuando jugaba con sus manos o lanzaba un suspiro, pero no hubo comunicación entre ellos.

—Newt... tú sabías que esto iba a suceder —él negó con la cabeza—. Sí, Newt. Estaba claro que Thomas iba a tomar la decisión de entrar al laberinto... y no lo culpo —susurró lo último.

Con eso captó la atención de Newt. Ella sin mirarlo y antes de que él tomara la decisión de refutar su comentario, continuó.

—Sabes que tenía razón, y la idea que tenía de ir a buscarlos era buena. Si no fuera por estas malditas reglas, Minho y Alby estarían aquí. Yo hubiese tomado...

—No lo digas, Indira... No sigas, ¿quieres?

—¿Qué no siga? ¿Te molesta que te refriegue en la cara que Thomas tenía razón? Era una perfecta idea, Newt. Mandar a un grupo de personas a buscar a Minho y a Alby, o cuando apenas se asomaron, ir a buscarlos... Alby estaba herido y Minho apenas podía cargarlo... ¿no era razón suficiente para ir a ayudarlos?

—Son las reglas, Indira. De todas formas ya están muertos...

—No puedo creer que pienses en eso. Thomas está allí dentro... Desde que llegó ese chico todo comenzó a cambiar, tal vez logre sobrevivir.

—Nadie sobrevive al laberinto, Indira.

—¿Por qué tan pesimista, Newt?

—¿No lo entiendes? Durante estos tres años, todos los que quedaban dentro del laberinto jamás volvían con vida. Con suerte encontrábamos sus cuerpos. Ahora perdí a mis mejores amigos, ese larcho arriesgó su vida para nada, mi novia me refriega en la cara que tomé mala decisiones y de seguro seré el tema de conversación en la cena. ¿Algo más que quieras agregar, Indira?

—Minho es astuto, fuerte e inteligente, estoy segura que saldrá de esto, además Thomas no se queda atrás y ha demostrado tener más cordura en pocos días que todos nosotros cuando llegamos aquí. Newt, si lo mandaron a él y a esta chica es por algo, y están cambiando las cosas, debes comprenderlo. Ellos llegaran vivos, Newt, lo presiento.

—No lo harán, entiéndelo, Indira.

Newt elevó la voz, su rostro se tensó y sus ojos reflejaban furia. Indira, de manera involuntaria, inclinó su cuerpo para atrás, frunció el ceño y su respiración se cortó por unos segundos.