Capítulo XXXVIII

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Estuvo pegada al piso durante largos minutos. Los habitantes comenzaron a aglomerarse en la entrada de la finca, aún sabiendo que para ver a la nueva chica solo estaba permitido para los dos líderes y a la gente que ellos estimen conveniente.

Al sentir una mano familiar tocar su cintura, giró su cuerpo para encontrarse con la mirada inquieta de Newt fijada en los habitantes sobresaltados por la noticia. Él palmeó con suavidad su cintura como un ademán para que lo siguiera. Pasaron entremedio de sus compañeros para poder ingresar a la finca, y Newt subió la escalera con velocidad, pisando cada dos peldaños hasta llegar a la habitación de Teresa, con Indira pisándole los talones.

Al llegar, abrió la puerta encontrándose con Jeff con un semblante preocupante, y Alby con el rostro teñido de un color rojizo, la mandíbula tensa y en su cuello resaltaban las venas. Newt e Indira observaron alrededor de la habitación y la presencia de la novata era inexistente.

—¿Y la chica? —soltó Newt con preocupación.

—Este shank la dejó escapar —contestó Alby con furia.

—Tranquilo, Alby —comentó Indira manteniendo la calma—. Es un lugar cerrado, debe estar en uno de los rincones del Área.

—¡¿Y si entró en el laberinto?! —gritó el líder.

—Oye shank —dijo Newt colocando la palma de su mano en el pecho de Alby—, sin gritos, que Indira trata de buscar una solución. La novata no debió haber ido lejos, ya estamos en la hora y las puertas ya deben estar cerradas.

—Según tu, ¿dónde debe estar? —Alby no podía mantener la calma.

Todos guardaron silencio por unos segundos. Jeff se encontraba con los brazos cruzados igual que Alby que tenía la mirada fija en Newt e Indira, esperando una respuesta. Newt pasaba sus dedos por su mentón, pensando en un lugar en específico. En cambio, Indira ya tenía claro donde podría estar.

—¿Y Thomas? —soltó con curiosidad.

—¿Por qué esa curiosidad, pequeña? —arqueando una ceja.

—Newt, deja los celos de lado —dijo entre dientes—. Donde está Thomas, está... —hizo una pausa esperando que alguien respondiera.

Los tres chicos se miraron entre sí buscando la respuesta, hasta que sus ojos se abrieron de repente.

—Teresa —dijeron al unísono.

—¿Y dónde suele ir Thomas a pensar?

—Al bosque —sonrió Newt.

—Ahora, ¿les parece abandonar la finca y dirigirse al bosque ante que anochezca? —hizo un ademán a la puerta—. Ahora —finalizó tajante.

El primero en salir fue Alby. A pesar que trató de mantener la calma, el ceño fruncido y las pocas venas que sobresalían de su cuello, lo delataban. Jeff fue el segundo en salir, seguido de Indira y Newt a su espalda.

Al salir, el corro que se situaba  adentro y en la entrada de la finca se había dispersado por el reciente grito que había pegado el líder. Cuando ya se encontraban bajo el cielo que los cubría, chocaron sus cuerpos con los de Alby y Jeff que se quedaron clavados a metros de la puerta de la finca. Indira escuchó su nombre pronunciado por una voz infantil proveniente de los jardines. Al ver a Chuck correr hacia ella, se acercó a él y observó el rostro rojizo y perlado por la transpiración. Preocupada, se hincó para quedar a su altura y tocó su cabellera con bucles que se pegaban a su rostro.

—Chucky, mírate como estás, ¿qué sucede?

El pequeño regordete trataba de soltar algunas palabras, pero su exaltada respiración evitaba que Chuck hablara.

Error in the Maze | Newt | Ac. LentasWhere stories live. Discover now