Capítulo XLVIII

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Indira corre con precisión. Ha pasado tiempo desde que entró por última vez al laberinto, precisamente cuando Gally fue atacado por un penitente.

El recuerdo fugaz se presentó en su mente junto a un leve escalofrío. Agitó la cabeza de un lado a otro para descartar aquello, pero eso no fue el único recuerdo en mente. Al tener al segundo líder frente a ella hizo que recordara esa pesadilla que durante dos años no ha querido desaparecer de su mente, como si fuese una especie de tatuaje, una marca permanente que no desteñirá con el tiempo. Ver a Newt trotando para lidear con su cojera genera una especie de ternura en ella, y a su vez, algo de culpabilidad.

El silencio es penetrante y tenso. Un estremecimiento se presentó en su cuerpo al sentir que la observan, tal como la primera vez, con la única diferencia de que ahora sabe que los creadores si la están observando. Analizan cada movimiento mío, para saber donde atacar... me quieren a mí... se repetía constantemente al ver que el grupo disminuía un poco la velocidad junto a unos leves jadeos.

Newt, quien iba en la cabeza le hace una señal a Minho para que tome su lugar y así él poder reducir la velocidad y aproximarse a Indira quien aún tiene el ceño fruncido.

—¿Todo bien? —pregunta él sacando la botella de agua dentro del bolso.

—Sí, es solo que este lugar me trae algunos recuerdos —comenta disminuyendo la velocidad hasta quedar en un trote—. ¿No te parece raro que hasta ahora los Penitentes no hayan aparecido?

—Sí, lo pensaba estando adelante, pero hay algo más que me preocupa aparte de esas bestias raras... —guarda silencio por unos segundos mirando a su novia de soslayo—. ¿No te has sentido... mareada? —susurra fijando sus ojos en dirección a los escarabajos rojos que escalaban por la muralla grisácea. Sabía que los Creadores lo estaban escuchando.

—No, no aún... solo espero que no me suceda —confiesa con la voz temblorosa con la mirada gacha—. Admito que tengo miedo.

—Yo también, pero ya está hecho, no hay vuelta atrás —detiene su paso al ver que Minho también lo había hecho al igual que el grupo—. Sea lo que sea que pase, estaré para protegerte. No quiero que esos idiotas te lleven, pequeña.

—Gracias —sonríe acercándose a él para abrazarlo, sin embargo un extraño ruido provino desde el interior del laberinto.

Indira tensa su cuerpo y se separa de Newt para buscar el origen de aquel sonido. Un murmullo se levantó en el grupo y vio a Minho dirigiendose a lo que sería la fosa de los penitentes.

"Hay doce penitentes", murmuraban el resto de los habitantes. Newt echó una ojeada a sus compañeros, le hizo una seña a Indira para que esperara allí y se dirigió dónde Minho. Ella estuvo en su lugar por unos segundos hasta que un escalofrío recorrió su cuerpo. Al no tener al segundo líder de su lado, se siente indefensa, débil con el peligro recorriendo cada rincón de su piel. Como si fuese un presentimiento, se dirige hacia Newt, Alby y Minho, coloca una mano en el brazo del segundo líder y se queda allí, tal como una niña que quiere la atención de su padre.

—Bueno, sabíamos que teniamos que pelear —comenta Newt con la voz temblorosa que no logró controlar, dejando ver su miedo a la situación.

No es la primera vez que Indira lo ha visto en ese estado. Cuando encontró a Matt y su preocupación por él, al igual cuando supo que no volvería ser corredor. El mismo temblor en su voz, distintas circunstancias, distintos significados.

—Es posible que ya se hayan llevado a un chico del Área. Tal vez podemos pasar de largo. Si no, ¿por qué seguirían...?

La voz de Thomas se vio interrumpida por un sonido poco amistoso proveniente de uno de los pasadizos del Laberinto. La tropa dio media vuelta en búsqueda del fuerte ruido, provenía detrás de ellos. Los Penitentes salieron desde el Área  corriendo a gran velocidad hacia ellos con sus brazos y púas en el aire.

Error in the Maze | Newt | Ac. LentasWhere stories live. Discover now