Vive.

894 100 43
                                    

Athan me ve una última vez antes de que Hades cambie su forma a una más parecida en caracteristicas a un humano.

Su mirada era una luz, era esperanza y desafio. Aún estaba confundido con cuanto yo recordaba, pero quería hablarle a esa pequeña parte de mi cerebro que está aprendiendo a quererlo y le dice que no tenga miedo.

Lo que no sabe es que esa pequeña parte ha evolucionado y tomado toda mi mente y corazón.

Me siento muy indispuesta, con las piernas quemadas, las manos atadas.

Hades y Athan se ponen frente a frente.

Hades cambia su forma para verse menos escalofriante, su tez pálida se oscurece a un color más humano y sus manos y postura toman una forma también común.

Cambios ligeros que podrían hacer que lo desconozca si lo veo en la calle, caminando como una persona normal. Incluso el cambio le quita un montón de años encima. Su transformación humana me da una explicación al físico juvenil de Perséfone.

Mientras mis manos tiemblan cierro los ojos, para no ver cómo Athan es maltratado y cortado por una espada.

El fuego no me consume, más bien se queda paralizado cerca de mis piernas solo escupiendo de vez en cuando chispas que lastiman mi piel.

Escucho las espadas, escucho gimoteos, escucho quejidos y escucho respiraciones irregulares.

Abro mis ojos un poco para ver como todo el cuerpo de Athan está lleno de cortes, desde su bien formado rostro hasta heridas sangrantes alrededor de su pecho y brazos.

Me siento tan inútil al estar llorando, atrapada e incapaz que los músculos se me atrofian de la ira. Intento un escape, una solución, pero no hay manera que pueda pensar claramente con tantas cosas ocurriendo al mismo tiempo.

Escucho un quejido con aún más intensidad y dirijo mi mirada hacia ellos de nuevo.

Para ver que el gemido vino de Athan, quien está comenzado a doblegarse y tiene una abertura en su estómago más grande y a la vista más profunda que las superficiales.

Grito con toda mi desesperación acumulada y un dolor indescriptible en mi pecho al ver cómo Hades golpea las piernas de Athan al verlo doblegado de dolor y comenzar a apuntarlo en el pecho con la espalda.

Lo matará, la espada lo matará.

Lo va a matar.

Y todo fue mi culpa.

No, no puedo dejarlo así, no puedo simplemente resignarme a ser una damisela en peligro. Siempre las he detestado y no puedo soportar en lo más mínimo convertirme en una.

Debo pensar en algo.

Miro a mi alrededor y busco con mi mirada el pequeño alambre, pero, siendo sinceros ¿qué podría hacer una simple humana debilucha en contra de un ser tan poderoso?

Recuerdo las palabras de Adonis cuando aún sus signos vitales estaban en función y resplandecía como una estrella.

El amor puede llegar a ser más fuerte que cualquier tipo de odio.

Él está lleno de odio hasta las entrañas, pero puedo ganarle con algo que sé que sintió. Algún residuo debe quedar en su sistema.

Creo en el más grande y maravilloso poder de todos, que supera y gana a todo, que nos cambia para siempre, que nos hace mejores personas, que lucha invicta en contra del odio, los prejuicios y el egoísmo.

Y es un poder que jamás falla. Sí, sabemos que el amor jamás falla.

-¡Persrfone te amó!-Grito en su direccion. Sus ojos se abren de par en par y me mira, puedo sentir el fuego retomando su movimiento.

Inframundo Where stories live. Discover now