Cuidado

1.1K 121 47
                                    

Día 40.

-¿Estás segura de esto?-Me pregunta con el pequeño vasito de vidrio en la mano.

-Yo nunca estoy segura por completo de nada.

Hace un poco más de una hora y media Athan cruzó la puerta de la habitación con la emoción intensa de un niño con un juguete nuevo y dijo casi chillando: "Fiera, traje tequila".

A lo que le dije: "¿Que trajiste qué?"

Y él me respondió:"Sí, tequila".

Y me costó alrededor de una hora y media lograr que él se atreviera a tomar un trago. Me parece irremediablemente estúpido y surreal que él nunca haya tomado, y me asquea que haga todo lo que haga y completamente consciente.

Un caso de sociopatía formándose.

Yo tomé dos veces en ese periodo, y él solo observó. Observando cómo mi rostro se distorsionaba  ligeramente ante el ardor en mi garganta, observando como mis neuronas iban muriendo.

Pero ya siento que estaba emborrachándome para aprovecharse de mí, así que lo obligué a tomar.

-Es que tengo miedo.

-Tranquilo, yo manejo de regreso-Le bromeo-. Mentira, estoy más encendida que tabaco de brujo-Solté una carcajada. En realidad, no estoy ebria, solo quería que él lo pensara y se dejara llevar un poco. Tenía experiencia, así que mi tolerancia al alcohol era envidiable.

-Es que en serio me asusta que pueda perder la conciencia y hacer algo mal.

-Ya sobrio haces suficiente desastre. No pensarás comerme o algo parecido.

-No, eso puedo hacerlo sobrio también.

Ruedo los ojos y sigo fingiendo.

-Vamos, tal vez puedas tocarme aquí y allá-Lo miro y alzo ambas cejas.

-Tambien puedo hacerlo sobrio.

Ruedo los ojos una vez más.

-No tengas miedo, ¿sí?

Él me mira, con su mirada está pidiéndome disculpa de antemano, y me pregunto si esto es en serio una decisión correcta. Pero como un borracho novato, tal vez pueda poner un pequeño plan de escape en marcha.

Ya hace días que había estado buscando salidas, planeando mi escape. Quería irme, debía irme, no podía quedar como una inútil enganchada por los sentimientos en una vida insoportable.

¿Qué creían? ¿que me había resignado a quedarme aquí para siempre? No hay nada en esta vida que pueda detenerme.

Él pone el pico de la botella en su boca y la levanta tomando un trago, yo la levanto un poco más, soltando risas coquetas y tontas. La baja, frunciendo su rostro y carraspeando.

-Siento que tragué fuego, carajo.

-Se siente GE-Ni-AL-Digo y me siento en su regazo. Echó mi cabello a un lado-. ¿Cómo te sientes?

Se queda mirando al vacío un rato. Había bebido suficiente en segundos como para olvidar quién era dentro de un rato.

-Como si pudiera hacer lo que sea en este momento-Sonríe. Pocas veces lo veo sonreír, pero esto es definitivamente tierno. Se le forma un solo hoyuelo, parecido al de Adonis, y podría considerar, si no estuviera tan fuera de mí, que sus sonrisas no son tan diferentes.

-¿Ah, sí?-Tomo la botella y se la tiendo-Veamos que sucede dentro de unos minutos.

Él bebe una vez más y vuelvo a soltar la risa fingida. Necesito que todo esto ocurra rápido.

Inframundo Where stories live. Discover now