Controla tus emociones

2.3K 204 102
                                    

Día 6.

Miraba por todos lados sombras fugaces.

No podía evitarlas. Desaparecían en la luz, pero aún así la iluminación nunca era suficiente.

Intentaba arreglar cada una de las prendas de ropa que me había dado Adonis, intentando crear historias de cada una de las chicas que habían usado estos atuendos. Incluso hubo uno amarillo que inmediatamente me dió un aire pacífico.

Una imagen necesita dos segundos para calarse en la mente. Pero yo necesité solo uno para que la imagen del río de almas se tatuara por completo en mi cabeza.

Extrañaba poder dormir sin pesadillas tan fuertes que provocaban que despertara gritando y temblando.

Así que me concentraba en hacer mías las prendas o en cualquier otra cosa que no fueran mis propios pensamientos. Incluso comencé a ejercitarme, sabiendo que no hay nada que odie más hacer que eso, pero el dolor fisico me distraía bastante.

Lo peor era que Adonis solo se limitaba a tocar la puerta y dejarme comida y una vela aromática.

No sabía que esto pasaría, pero lo extraño. Extraño su compañía y ese espacio pacífico que creaba con su mera existencia. Extrañaba como sonreía, esa sonrisa que me hacía sentir en casa y segura.

¿En qué estoy pensando?

Ya estoy volviéndome loca. Debo dejar de alimentar estos sentimientos antes que se hagan fecundos.

Incluso si había sido lo único bueno de estar aquí, no podía otorgarle mi confianza. 

-Hey-Hablando del rey de Roma.

-Hey-No sonrías, por favor. Su actitud es un asco, no le sonrías.

-¿Estás bien?

-Me parece una estupidez que preguntes eso-Miré su rostro. Llevaba ese tipo de miradas desarmantes y al mismo tiempo llenas de compasión. ¿Cómo le hacía para demostrar de una manera tan extraordinaria sus sentimientos? Se nota que debe ser un libro abierto.

-Lo siento-Oh, mira. No sé si se refiere a preguntarme cómo estaba o a lo que hizo la ultima vez que nos vimos, así que alzo mis cejas, él baja la mirada avergonzado-Fui un tonto, debí apoyarte.

-No tienes por qué disculparte. Tuviste tus razones, supongo.

Sonríe.

No sonrías, Ada. Puedes con ello, necesitas de todo excepto comenzar a sentir cosas por... Por los pantalones brillantes de Zeus, ¿Por qué se le achinan los ojos así?

Tal vez exageré un poco.

Y si lo veo desde el punto de vista práctico él podría ser mi llave a las afueras.

Sonrío.

-Amo esa sonrisa, ese brillo era el protagonista de todos mis pensamientos. Y me recordaban que fui un tonto al dejarte sola como lo hice. Lo siento tanto-Acaricio su mano. Estaba siendo tan patética, pero su arrepentimiento era como uno que jamás he visto, merecía mi compasión.

No te anaranjees.

No quise tomármelo en serio, tal vez él solo me está utilizando para saciar alguna necesidad que tiene desde que está aquí y solo está utilizando palabras bonitas para conseguirlo. No podía idealizarlo como siempre hago con todos.

Lo creía mejor que eso.

Claro, repitelo, Ada, para ver si así te la crees.

-Adonis-Pronuncio su nombre en tono serio, deteniendo todas esas maniobras.

Inframundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora