Capítulo 28

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Christian

Estaba ya cansado de tanta prueba y preguntas que me  hacían los doctores y estuve muy tentado en numerables ocasiones de mandarlos a la mierda, pero me contuve por mi  nena. Odió los malditos hospitales, el olor a medicinas y esos productos de desinfección me ponen enfermo y todos los jodidos exámenes de mierda a los que me tengo que someter cada seis meses. Lo bueno de tener que soportar todo eso es que por primera vez en todos estos años que estoy paralítico me han dado un buen resultado. 

Observo a Anastasia con su ceño fruncido y con la mirada perdida en la ventanilla del auto. Esta realmente feliz con los resultados, pero al salir del hospital me advirtió que estaría castigado por las bromas que  hice en el consultorio con el doctor White. A pesar de los años es muy tímida para hablar abiertamente del sexo aunque en la cama es una fiera.

-¿Sigues enoja?-pregunte y pase mi mano lentamente en su rodilla.

-Sí y mucho.

-No deberías de estarlo son temas muy normales. ¿Me perdonas?-deje mi mano donde la tenía y recosté mi cabeza en su hombro, suspiré realmente cansado. Estar todo el día en el hospital me está pasando factura.

-Te perdonó solo porque hoy todo salió muy bien. Mi amor, estoy muy feliz por tí.

-Yo también estoy feliz, nena.-dije cerrando mis ojos y sentí la calidez de su mano acariciar mi mejilla.

Seguimos el trayecto a casa escuchando la conversación de Jason y Ray sobre avances médicos que leyeron en una revista del hospital. De lo exhausto que estaba apenas les daba un gruñido y con eso bastaba para que ellos continuarán hablando.

Con un gran alivio vi cuando la reja de metal se abrió para entrar a mi casa. Lo único que deseo en este momento es estar con mi bebés. Jason estacionó el auto y Ray se encargó de bajarme.

-Hijo, explícale a Gail para que sirve el monitor o se pondrá muy preocupada cuando te vea.

-No te preocupes, papá.-conteste para la tranquilidad de Jason.

Al llegar a la puerta Gail ya nos estaba esperando, me empezó a examinar de pies a cabeza al acercarme y vi en sus ojos azules la preocupación ya plasmada. Algunos cables del monitor Holter se podían ver porque sobresalían y debajo de mi camisa blanca se apreciaba claramente el aparato conectado a mi pecho.

-¿Qué te hicieron, mi niño?

-Vamos adentro y te explico.-dije tomando su mano para que se agachara y dejé un beso en su mejilla.-No te preocupes, mamá.

Cuando pronuncié esa última palabra vi como un destello especial se cruzó en su mirada. Con Jason y Gail me siento a salvo y amado. Ellos dos me cuidan y protegen al igual que mi esposa y merecen que los llamé así porque ellos se lo han ganado.

Entramos a la sala principal, Gail se sentó en el sofá y yo me puse frente a ella. Tome sus dos manos entre las mías para ponerla al tanto de los resultados.

-¿Que dijeron los doctores? ¿Por que traes ese aparato?

-Lo pusieron para realizarme un electrocardiograma continuó, quieren ver cómo trabaja mi corazón en cada actividad que realizó en casa. El doctor White decidió que era lo mejor debido a todos los sobresaltos que he llevado últimamente.

-Ay, mi niño. Yo sabía que esa discusión con tu abuelo no te haría nada bien.-suelta con disgusto ya que Jason la puso al tanto de la situación.

Solo de recordar las palabras de Theodore me revuelven el estómago.

-No hay de que preocuparse con el monitor solo será por 24 horas, además te tengo una buena noticia.

Amanecer Contigo Where stories live. Discover now