Capítulo 1

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Dedicado a Solains

Elliot

-¡Date prisa!

-Ya voy por el amor Dios deja de ser impaciente.-me responde a gritos mi adora esposa desde el segundo nivel.

-No me grites mujer.

-No te estoy gritando y ve dándole de comer a Christian si no se pondrá de un humor de perros durante el viaje.

-Cómo tú digas pero apúrate a vestir a Eva.

¡Mujeres por Dios! Siempre tardando se una eternidad.

-¿Quien quiere comer?-digo de forma juguetona.

Voy por una cuchara y por la papilla de manzana que tanto le encanta a mi pequeño hijo.

En honor a mi hermano le puse su nombre y le hace justicia ya que mi hermoso hijo es igual de exigente que su difunto tío.

Trato a veces de no pensar en lo que pasó hace años  pero a veces se me hace imposible no sentirme triste cada vez que pienso en él. Ir cada año a su tumba  hace que mi tristeza crezca más y más pero, sé que a él no le gustaría vernos así, es por eso que siempre luchó por la felicidad de mi familia.

1 año y ocho meses después de la muerte de Christian contraje matrimonio con Kate y tiempo después tuvimos a Eva que actualmente tiene 3 años y luego vino nuestro segundo hijo Christian que tiene 6 meses pero a su corta edad domina a su madre y una que otra vez a mi también.

Hoy volaremos a Ginebra, Suiza a tomar unas merecidas vacaciones, desde hace tres años que no salimos y hasta este momento tomamos la decisión de un pequeño descanso.

Después de saber quién sería mi nuevo jefe todo se tornó complicado el dueño del 50% de la constructora es un hombre frío, déspota, amargado y un genio en los negocios pero por desgracia desde que somos socios  me hace la vida imposible eso sin contar que tengo que rendirle cuentas hasta por cada hoja de papel que se utiliza en la oficina, ese tipo está obsesionado con los números y algo que no cuadre inmediatamente manda a su auditor.

He tenido que lidiar muchas veces con él ya que no soy muy bueno con las finanzas y en el pasado nunca me preocupe ya que de eso se encargaba Christian pero desde que él murió todo cambio. Soy socio de la empresa pero ahora siento que solo soy un empleado más del montón. Cada decisión que tomo la tengo que consultar con mi socio y no puedo tomar decisiones o dar órdenes sin que él las apruebe y otra de las cosas que odió es que él elige con que clientes trabajamos y con quiénes no.
No me quejo pero a veces quisiera tener la libertad que antes tenía pero eso cada día es más lejano.

Ay Christian cuánta falta me haces.

-¿Cariño, te sientes bien?-escucho la voz preocupada de mi esposa.

-Si, cariño ¿Por qué lo preguntas?

-Mi amor estás llorando.-no me había percatado que mis mejillas se encontraban llenas de lágrimas.

Kate me quita el plato del bebé y lo pone en la mesa luego  me envuelve en su brazos y acaricia mi espalda.

La abrazo muy fuerte y dejó salir toda mi tristeza, en este momento solo necesito saber qué cuento con ella.

Amanecer Contigo Where stories live. Discover now