Capítulo 59

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Benjamín

-Mira, cariño.

Levanto la vista y observo a mis campeones en el mar. No dejan de reír mientras dan vueltas en las motos acuáticas. Álex lleva a Will y Cárter a Teddy.

Llevamos una semana en el sur de Francia. Cumplí mi promesa y viajamos a todos los lugares que visitamos en nuestra luna de miel. Esa vez hicimos escala en Irlanda solo para cargar combustible, está vez no fue así. Nos quedamos una semana en Shannon visitando la localidad, luego fuimos a Cork, donde aproveché para visitar el astillero que compre hace años y es uno de los que más produce al igual que el de Seattle. Al finalizar con mi breve inspección y corroborar que su funcionamiento fuera óptimo conocimos varios sitios turísticos que Dave nos recomendó. Él es irlandés y conoce muy bien cuáles son los lugares que no representan un problema en mi movilidad. La última parada que hicimos en ese país fue en Dublín, Ana quiso visitar la catedral de San Patricio así que quise complacerla, también llevamos a los niños al zoológico y quedarán más que felices. Con papá, Cárter, Álex y yo visitamos la Guinness Storehouse. Dimos el recorrido completo ya que el lugar es muy accesible para mí, conocimos toda su historia y admito que disfrutamos bebiendo mucha cerveza en el bar que se encuentra en la azotea.

Tras estar dos semanas estupendas en Irlanda viajamos a Inglaterra, está vez no nos hospedamos en un hotel. Nos quedamos en la comodidad de nuestra casa que hace unos años mi nena ordenó adaptarla. En nuestra estadía llevamos a los niños a London Eye, ahí fue una experiencia única para ellos ver la ciudad desde las alturas. Conocimos el Museo de Historia Natural que fue de gran aprendizaje para Will y Teddy, y pasamos al Museo de la Ciencia que se encuentra justo al lado. Antes de dejar la ciudad supervisé la sede de Tanner Industries, Matt me había comentado que estaban sobre la mesa varias propuestas de inversión muy interesantes y no mintió. Estudié cada una de ellas y logré cerrar seis contratos. También me reuní con dos empresarios que estaban interesados en nuestra fibra óptica de alta velocidad y las negociaciones terminaron siendo un éxito.

Al llegar a París disfrutamos yendo a varias galerías de arte, Ana estaba fascinada con cada cuadro que veía y opte por comprarle dos. Se emocionó mucho cuando se las di, aunque esa emoción se esfumó al enterarse de su valor. La muy testaruda se negaba en aceptar mi regalo que tuve que sacar todas mis técnicas de persuasión para que cediera, hasta que al fin lo logré. Me relaje después de eso y la invite a cenar a un elegante restaurante. Pero no todo ha sido visitas y paseos, también hemos compartido momentos únicos en la intimidad de nuestra habitación. Anastasia sabe complacerme y yo a ella.

-Los campeones se divierten mucho.

-¿Y ustedes tres?-pregunta mi nena bajando un poco sus gafas de sol.

Verla recostada en esa tumbona con ese provocativo traje de baño me hace desearla con locura.

-Nosotros estamos muy bien.

-Veo que la lectura está muy interesante.-dice con una expresión de diversión.

-Tanto que Phoebe se quedó dormida en la introducción y Jason ha babeado el capítulo 5.

Estoy recostado en una tumbona con mi campeón más pequeño y mi princesa. Leer con mis bebés es un poco complicado aún así disfruto de una buena lectura.

-¿Y de qué trata?-pregunta con interés.

-Psicología administrativa.

-¿Aprendiste algo nuevo?

-Un poco. El autor ofrece una perspectiva muy amplía del tema.

Seguí con la lectura mientras los niños siguen divirtiéndose. Ana toma un poco de sol. Media hora después guardo el libro y les damos de comer a los bebés. La princesa al terminar se volvió a dormir y la dejamos en su carriola.

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