Capítulo 22

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Taylor

Observo desde lejos a mi muchacho, estás últimas semanas mi preocupación a ido en aumento al ver que empezó a bajar de peso rápidamente después del incidente con los niños, aunque no le quisimos decir cuál fue el motivo real del porque los agredieron sospecho que si lo sabe por eso está así. Ayer por la mañana que no los encontré en su habitación, me puse como un puto paranoico en ese instante, una serie de ideas se me hicieron en mi cabeza por suerte ellos regresaron rápido y Anastasia dijo que todo estaba bien que solo habían salido a dar un paseo. No quise preguntar más, pero muy en el fondo yo sé que algo está pasando y no me lo quieren decir.

Noté algo extraño desde hace unos días y hoy sin querer escuché que va llevar terapia con Flynn de nuevo. Otra de las cosas es que Ana está más al pendiente de él y de su estado de ánimo. Mi instinto me dice que de nuevo cayó en depresión y lo están ocultando.

-¿Jason, que te tiene tan preocupado?-pregunta Gail acercándose a mí.

-Ya sabes que es.-digo abrazando a mi mujer.

-Yo también me estaba poniendo de los nervios desde lo que pasó con los niños, algo le pasa. Yo sé que no está bien, su rostro expresa esa tristeza que lleva cargando.

-Si, eso pienso. Algo nos ocultan-digo viendo a la ventana. Ella se da la vuelta y ve con aire melancólico a Benjamín.

-A veces pienso que no estamos haciendo un buen trabajo.-susurra con tristeza.-Después de todo somos solo unos impostores en su vida.

-No digas eso, Gail. Entiende que todas las figuras paternas que ha tenido lo han defraudado. Tú y yo lo conocemos mejor que la mayoría y sabes que no es muy abierto con sus sentimientos.

-Tienes razón. A veces me dan ganas de abrazarlo y que él saque todo eso que lo atormenta a pesar de los años. Incluso he pensado que él desconfía de todos nosotros, pensará que lo vamos a abandonar.

-Lastimosamente eso es cierto. Ya lo han abandonado otras veces que es difícil que su pensar acerca de las personas cambie por mucho que llevemos años a su lado.

-Habla con él. Quiero saber si realmente está bien o algo le incomoda.

-Eso haré.

-En lo que lo haces iré a prepararle sus proteínas y unos panecillos.-dice caminando en dirección a la cocina.

Salgo de la casa y camino hasta donde él se encuentra. Tiene su cabeza agachada viendo a sus pies. Me siento en la banca de madera que está debajo de ese enorme árbol donde a él le gusta estar.

Su expresión de cansancio y tristeza me remueven todo mi ser.

¿Qué puedo hacer para que no esté así?

¿Estaré haciendo las cosas de forma correcta?

Son las preguntas que se me vienen a mi cabeza. Él sigue sin levantar la mirada y eso me preocupa. Es como si no notará mi presencia o simplemente me ignora. Sé que hemos tenido muchas discusiones porque desde poco más de una semana no quiere ejercitarse. No me gusta presionarlo, pero tampoco quiero que desarrolle más complicaciones y como consecuencia lo tengamos que internar de nuevo en el hospital.

Cuando estuvieron sus abuelos nos llevamos el gran susto al encontrarlo casi inconsciente en su estudio y de no ser por Zeus quizá se hubiera desmayado y nosotros sin saberlo. Por suerte no paso a ser algo grave aunque con su salud nadie sabe. Meses está muy bien y otros en que tenemos que pasar solo en el hospital ya sea por una cosa pequeña o por una complicación mayor.

-¿Me dirás qué te pasa?-pregunto un poco temeroso.

Él levanta su rostro y me ve con esos ojos grises penetrantes que tiene, suspira profundamente y niega con la cabeza. Dirige su vista a otro punto y se queda un tanto pensativo.

Amanecer Contigo Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt