Capítulo 11

100K 5.7K 121
                                    

- Entonces, ¿vas con tu madre para acción de gracias? –Preguntó Nick.

Dejé de mirar mi yogurt helado para observar a mi amigo. Hice una pequeña mueca pero igual asentí con algo de pesar. –Mi padre cree que es lo mejor.

Estaba con mis dos mejores amigos en el centro comercial. Por ser fin de semana, decidimos salir juntos a pasear un rato y compramos unos helados de yogurt. Había ido a hablar con mi padre como habíamos quedado y me dijo que mi madre había estado yendo a terapia con un psicólogo por lo que ya estaba mejor y le recomendaron contactar nuevamente con su familia. Estaba siendo prácticamente obligada por mi padre, así que no había mucho que pudiera hacer por lo que no me quedaba de otra más que asistir a la dichosa cena que prepararía mi madre.

- No puede ser tan malo, Carter. –Comentó Chloe.

- Si, solo es una cena. –Añadió Nick y pasó su brazo por el respaldo de mi asiento.

- ¿Tu que harás? –Les pregunté, queriendo ya dejar el tema por el momento.

- Iré con mis padres y mis hermanas. –Sonrió el castaño. –Vas a hacernos falta porque tenía muchas ganas de invitarte para ese día.

- Me hubiese encantado pasarlo con ustedes. –Comenté.

- Hubiese sido magnifico, tomando en cuenta que mis padres están de viaje. –Gruñó la rubia.

- Puedes venir conmigo, si quieres. –Ofrecí. –Me caería de maravilla algo de apoyo.

- O conmigo. –Se encogió de hombros Nick. Pero Chloe sólo se encogió de hombros y comió lo que quedaba de su yogurt.

Nick observó el reloj en su muñeca. –Será mejor que me apresure, sino quiero llegar tarde a la práctica de natación. –Besó la mejilla de Chloe y dejó un beso en mi frente. Le abracé antes de verlo desaparecer hacia el estacionamiento.

- Ahora que Nick se ha ido, podemos hacer cosas de chicas.

- ¿Cosas de chicas? –Pregunté a la vez que nos levantábamos de la mesa y tirábamos a la basura los envases vacios.

- Si quiero unos esmaltes de esa tienda. –Enganchó su brazo con el mío mientras salíamos de la heladería y entrabamos a otra de las tiendas.

- ¿Este color o este? –Preguntó la rubia a mi lado, levantando ambos esmaltes para uñas.

- Son el mismo color, Chlo. –Burlé.

- Uno es un poco más claro, tonta.

- El más oscuro entonces. –Respondí, encogiéndome de hombros con una sonrisa en mis labios. Qué amiga más loca la que tenía.

Pagó unos tres esmaltes más y salimos de la tienda. –Ahora, vayamos a ver ropa.

- ¿Para qué?

- Necesitamos que usar para la cena.

- ¿Necesitamos?

- Sí. –Sus mejillas tomaron un color carmesí.

- Creí que tus padres estaban de viaje.

- Lo están.

- ¿Entonces?

- Lo pasaré con Logan. Sabes que su familia no es de acá, entonces iremos con algunos de sus primos y amigos. –Sonrió como tonta. Chillé realmente emocionada por ella. Era obvio que ambos se gustaban muchísimo, además de ser una ternura juntos.

- ¿Y cuándo pensabas decírmelo?

- Te lo estoy diciendo ahora. -Sonrió con inocencia. La fulminé con la mirada. –Olvídalo. Es momento de ver ropa. –Y me jaloneó a la tienda de ropa más cercana.

El mujeriego está bajo mi cama (En edición)Where stories live. Discover now