Capítulo 7

138K 7.2K 854
                                    

Observé lo que había en la máquina expendedora para decidir que se me antojaba y escogí unas galleticas con chispas de chocolate. Era dulce y tenía chocolate, justo lo que necesitaba.

- Hey. –Chillé. –Eso es mío.

- Era. –Guiñó Nick y masticó mi galleta.

- Idiota. –Me crucé de brazos.

- Ten. Cómprate otra, llorona. –Sacó un billete Nick de su bolsillo y me lo tendió después de haber quitado completamente el paquete de galletas de mis manos.

- Eres realmente fastidioso. –Gruñí y me di la vuelta a la máquina para sacar otras galletas.

- ¿Qué has dicho? –Preguntó burlón, porque bien sabía que me había escuchado.

- Lo que oíste.

- Alguien anda de mal humor. –Alborotó mi cabello.

Bufé, ya no pudiendo retener más mi mal humor. –Es sólo que en serio ansiaba comer esas galletas luego de este asqueroso día y apareces tú, impidiendo mi única fuente de felicidad.

- Por Dios, que dramática. –Escandalizó. – ¿Tiene esto que ver con tu período?

- Nick, en serio cállate. –Gruñí, ya bastante molesta. Introdujo, de una forma nada delicada, una galleta en mi boca, como buscando callarme. La mordí de mala gana y tomé el paquete que saqué después con el dinero que él me dio.

- Sabes que es mi deber de mejor amigo, fastidiarte. –Carcajeó pero ya se me había pasado un poco la irritación después de la segunda galleta. –Voy ya tarde a la práctica. Deberías venir a verme. –Sonrió dejando a la vista ese par de encantadores hoyuelos a cada costado de esta.

- Umm, vamos entonces antes de que se te haga más tarde. –Caminé a su lado, mayormente concentrada en mis galletas.

Nick se sacó la camiseta y los pantaloncillos, quedando únicamente en su bañador de práctica y entonces dio un clavado a la piscina.

Había alrededor de otros seis chicos en bañador con sus trabajados torsos al aire. Mmmm, una buena vista.

Podría definitivamente acostumbrarme a acompañar a Nick a estas prácticas.

Mi vista cayó en Adam, quien logró robarse toda mi atención. 

¿Qué tenía este chico que me resultaba tan atrayente? 

Su cuerpo se veía tentador con algunas gotas de agua rodando por su trabajado abdomen y su cabello mojado también, se pegaba a su rostro haciendo que otras gotas rodaran por este. Parecía algún tipo de modelo posando para un sesión fotográfica.

Los demás daban clavados o nadaban de un extremo de la piscina al otro, el entrenador supervisaba con su gorra puesta y el silbato colgando de su cuello.

Me senté en las gradas y observé como el entrenador les explicaba y exigía buenas resistencias. Le llamó la atención a Nick por haber llegado tarde pero luego lo mandó a calentar.

Les dijo a los otros que se colocaran cada uno en un carril para tomarles el tiempo y en cuanto el silbato sonó, todos comenzaron a nadar como si la vida se les fuese en ello.

El entrenador tenía el cronometro en su mano, tomándoles el tiempo. Luego de la quinta vuelta, llegó Adam de primer lugar seguido de Ethan y Nick. 

Observé como Adam hacía un pequeño baile celebrando su victoria cuando el entrenador le felicitó por haber superado su récord.

Dios.

Siguieron nadaron de un lado al otro en la gran piscina durante un rato más. Jamás pensé que la natación sería realmente entretenida. Nick era bueno, mucho para ser honesta. Era uno de los más rápidos y no podía estar más orgullosa.

Me paré a buscar una botella de agua en cuanto me dio algo de sed.

- Vaya, Carter Hall. Gracias por el agua. –La quitó de mis manos Adam y se acercó a dejar un húmedo beso en mi mejilla.

- Quita, que estás mojado. –Le empujé por el pecho aunque ni le moví. Él rió.

- ¿No me veo sexy? –Susurró en mi oído.

- ¿Tanto te encanta molestarme? –Dije a pesar que quería estar más que de acuerdo con él. Había una sonrisa involutaria en mi rostro, como si pensara seguir su coqueteo. Era extraño.

- Es mi pasatiempo favorito, encanto. –Sonrió dejándome ver esa hilera de perfectos y perlados dientes.

Lo detallé, se había cambiado el bañador por unos pantaloncillos negros hasta sus rodillas con una camiseta gris bastante ceñida a su fornido cuerpo. Llevaba una toalla colgada de su cuello y de su cabello caían pequeñas gotas de agua.

- ¿Ahora te crees perro? –Reproché. El muy tarado se había pasado la mano por su mojado cabello y lo sacudió, dejando que algunas gotas golpearan mi rostro y ropa. Soltó una risa y sentí ganas de reírme con él.

- Podría fingir serlo y marcarte como mía. –Las comisuras de sus labios se levantaron en una traviesa sonrisa al igual que sus cejas.

- Cerdo. –Le empujé levemente. –Déjate de tonterías.

- Toma. –Me tendió la toalla que colgaba de su cuello. La tomé para secarme el cuello y rostro.

mmm. Tenía un varonil olor impregnado en ella.

- ¿Ni las gracias? –Preguntó, haciéndose el ofendido en cuanto se la pasé de vuelta.

- Te las daría pero ha sido tu culpa en un principio, así que. –Sonreí sin mostrar mis dientes.

- Touché. –Carcajeó.

Me di la vuelta dispuesta a irme a mi habitación, ya había pasado bastante rato y debía terminar algo de ciencias. – ¿Vas a tu habitación? –Preguntó él. Asentí. –Voy contigo. –Trotó hasta mi lado y comenzamos a caminar a la par, no sin antes haber ondeado mi mano en señal de despido hacia Nick.

- ¿A qué vas?

- Debo hablar con Chloe sobre algo del proyecto. –Se encogió de hombros y yo asentí. – ¿Cómo estuvo el recorrido con Jake? –Preguntó Adam, rompiendo el silencio en el que íbamos absortos mientras caminábamos a mi habitación.

- Bien, supongo. Al parecer, le gustó el lugar. –Me encogí de hombros.

- Con alguien como tu enseñándole los alrededores, ¿Cómo no? –Susurró con su típico aire coqueto.

Blanqueé los ojos con una sonrisa. – ¿No te cansas de andar siempre coqueteando?

Se encogió de hombros con una de sus encantadoras sonrisas. –Es mi toque natural.

- ¿Se conocen Jake y tú de antes? –Pregunté sin haberme dado siquiera cuenta.

Se quedó en silencio antes de responder, como meditando lo que diría. -Algo así. –Introdujo ambas de sus manos en los bolsillos delanteros de sus pantaloncillos.

- ¡Hasta que apareces! –Exclamó Chloe, apareciendo del otro lado de la habitación y también cortando la conversación.

¿Tan rápido habíamos llegado a la habitación?

- Lo siento, sabes que tengo práctica los jueves.

Ella suspiró. –Bien, bien. Mejor empecemos. –Y ambos se sumieron en su proyecto mientras yo me tiraba en mi cama con móvil en mano.

Había algo extraño en todo esto.

------
An: Nick en multimedia

El mujeriego está bajo mi cama (En edición)Where stories live. Discover now