Mar y tierra

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Tres meses después

El ascensor está tardando demasiado; entiendo que bajar hasta el décimo piso no es tan rápido, pero acabo de descubrir información de suma importancia y no puedo darme el lujo de tomarlo con calma. Traigo la información impresa, esto le servirá de mucho a Sandro, pero me servirá mucho más a mí si es que Sandro acepta mi propuesta.

Las cosas en la costa este no son tan complicadas como lo creí en un inicio, Sandro es persona de interés ahora, al igual que yo y al igual que muchos otros agentes que pertenecen a la empresa. Es por ello que las encargadas de dar la cara por los negocios no turbios, son Alenna y mi madre. Alenna es una mujer inteligente, alegre y comprensiva, es la mejor para sostener los medios y la comunicación. Mi madre, al operarse y fingir su muerte (porque para todo el mundo ella está muerta) adoptó nuevo nombre y nueva "vida", tiene doctorado en no sé qué de Economía y además tiene conocimientos en Contaduría porque de hecho es contadora..

Para cualquier persona en el mundo, incluido el detective Serrano y cualquier miembro del Círculo, la empresa es liderada por dos mujeres sin historial criminal, con cuentas transparentes que manejan diversas fábricas de papel, lavanderías y un lujoso hotel. Desde un año atrás tienen una coartada perfecta, tienen documentos que demuestran legalidad y todo está bajo control.

Esa es la fachada, obviamente, el verdadero negocio es Sandro y su ejército de personas modificadas genéticamente.

El elevador se detiene en el séptimo piso, no lo tolero más y me bajo, prefiero caminar así tenga que atravesar la sala de informática y tener que saludar a cada uno de los ingenieros que se me acerquen. Ser parte de la "familia real" como le encanta decir a Sandro, tiene sus beneficios. El día en que acepté mi lugar como líder del "negocio del futuro", fui presentada oficialmente. Cada persona que tiene algún nexo con esta mafia, conoce a Sandro, a Alenna, a mi madre y a mí. No personalmente, para eso habría que hacer una gira por el país, pero al menos el nombre lo conocen y lo respetan.

Hizo falta un mes entero de mi estancia para que me dieran acceso a mucha información oculta. Entre ella, los múltiples experimentos hechos en humanos para meter recuerdos de gente que, tristemente para Sandro, ya no están con nosotros. Fue mi madre quien me lo comentó, dijo que Sandro sufrió tanto por la pérdida de sus padres que hizo todo lo posible por traerlos de regreso. El invento del siglo fue la extracción de recuerdos, algo en lo que Sandro estaba trabajando incluso antes del asesinato.

El siguiente paso, y esta vez por motivación propia, fue insertar los recuerdos en una persona viva. Resulta que es imposible, pues no se pueden borrar todos los recuerdos y aunque se pudiera, no es como olvidarlo por completo, sabes que algo ocurrió, simplemente se borran los detalles, rostros, incluso a veces nombres. Las emociones y sensaciones se quedan, en una persona viva no se pueden insertar recuerdos. Al menos aún no se sabe cómo. Por suerte, al fin Sandro desistió de la tarea, fue gracias a mamá, pues lo convenció de que bastaba con tenerla a ella a su lado.

Pero en el intermedio mucha gente fue sometida a procesos que distan de ser éticos. Me enseñaron el permiso firmado, el consentimiento informado de cada persona con la que experimentaron. Les ofrecieron una gran suma de dinero y ellos aceptaron sin saber que sería un suplicio. No tanto por el dolor soportado, si no en lo que se convertirían después: personas, pero modificadas. Gente con una piel tan pálida y fría, menor empatía, un revoltijo de sus propios recuerdos, una mente distinta. Qué terrible sería saber que ya no eres el de antes. Hasta la personalidad se corrompe. Vi la firma de Catarina, la de Brenda, la de Valentina y la de Gustavo.

Sentí una puñalada en el abdomen cuando entendí el sufrimiento de cada uno de ellos. Entraron por necesidad, pero salieron sin una parte de ellos mismos. Puedo comprender el porqué Valentina ideó todo un plan para acabar con nosotros y vengarse de mamá, pero no por eso lo acepto. Comprendo el porqué Brenda sintió tanto pánico el día que quisieron llevársela de nuevo y el porqué está tan deseosa de atrapar a mi tío, pero no por ello acepto que me torturara hasta hacer que perdiera el conocimiento. Entiendo porqué Catarina anhelaba tanto acabar con Sandro que fue capaz de matar a un policía considerado traidor con tal de que no hiriera a sus amigos. Pero no por eso acepté que matara a Joel.

Lo que fui sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora