Debilidad

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Dinaí

Lanzarse hacia un objeto movible o incluso inmóvil, cuando tienes una herida a medio cerrar, no es buena idea. En primera, la furia anestesia ciertas sensaciones debido a que toda la concentración está en un único fin: lastimar. Pero no significa que la punzada profunda y urente no esté ahí. El dolor recorre como un latigazo desde mi abdomen hasta las piernas e incluso mi pecho. En cuanto hago fuerza, mi cuerpo reclama y no es agradable. Aparte, mis piernas no soportan mi peso, ¿pues cuánto tiempo pasó?

Grito y caigo. Estoy débil, estoy tensa, estoy lisiada. Bueno, eso último no cuadra porque me pude mover, pero es casi lo mismo porque ni siquiera puedo sostenerme en pie debido a mis lesiones. Mi lesión; la lesión que ocasionó Mateo quien al verme tirada en el piso, rápidamente se inclina y trata de ayudarme, sostenerme o algo parecido. Es automático, lo repelo con mi brazo derecho, el que no se golpeó cuando caí, aparto bruscamente sus brazos que buscan acogerme y le grito que no me toque.

Por el infierno; mi voz suena chillona, mucho más que de costumbre, supongo que las cuerdas vocales también se atrofian si no se usan. Solo espero no quedarme así para siempre.

Aún soy presa de esta ira, así que al ver que Mateo da un paso hacia atrás y que adopta una expresión herida, me siento triunfante; un sentimiento de satisfacción sube desde mi estómago hasta mi cerebro y no logro evitar sonreír. Me ataca el deseo de reír hasta deshacerme de esta incomodidad y tensión, pero hacerlo me es imposible. La risa es un reflejo de sensaciones agradables, incluso es un mecanismo de defensa. Pero dentro de mí todo se reduce a un único fin: Dañar y la risa no se puede pervertir para eso; yo no quiero eso.

Mejor me centro en levantarme. Mis brazos conservan un poco más de fuerza que mis piernas, así que no me siento tan mal cuando tomo con fuerza la base de la cama y trato de alzarme hasta ponerme en pie con ayuda. Habría caído de nuevo de no ser por el imbécil de Mateo que no pudo aguantar el deseo de ayudar y corrió de nuevo en mi auxilio. Esta vez las palabras hirientes y gritos no son suficientes, pues en ningún momento se aleja, al menos no hasta que estoy de nuevo en la cama con las sondas y agujas en su lugar. No me di cuenta, pero me arranqué la aguja que tenía en la muñeca derecha. El dolor de la herida en el abdomen debió ser muy fuerte como para no sentir el de la muñeca.

Lo peor es ponerme la sonda urinaria de nuevo, me quitan la que tenía (me la desacomodé) e insisten en ponerme una nueva. Por supuesto me rehúso, pero ahí nadie presta atención a lo que digo. Las enfermeras hacen sus actividades con la vista clavada en el suelo y no sueltan una sola palabra. No contestan una sola de mis preguntas, el único es el tonto de Mateo y cada que escucho su voz, las ganas de irme contra él de nuevo crecen más y más.

—¿Dónde está mi papá?

Después de hacerme a la idea de que ninguna de estas estúpidas enfermeras me va a contestar, decido sacarle información a Mateo, algo debe poder decir. A estas alturas, ocultar algo ya no sirve de pito, ¿cierto?

—No sé, creemos que se lo llevaron.

¿Qué chingados? Espero que se refiera a la ambulancia porque si se lo llevaron las personas malas, será imposible poder recuperarlo. Y si lo pierdo a él, me quedo sola. Sin Haziel, sin mamá, sin Germán...sin papá voy a terminar matándome. Me quedo viéndolo con una ceja alzada esperando que continúe, no puede dejarme a medias.

—Como te habrás dado cuenta, llegó la gente del criminal —ah, sí, todo por Valentina, ya sabía yo que esa mujer pálida como un cadáver no tenía nada de buena—. Pensamos que podríamos acabar con el gran imperio de una vez, pero ni siquiera estaba el mafioso principal. Solo herimos a unos cuántos, nos hirieron a varios y...tú estabas cerca de tu padre, pero nadie quiso ayudarme, ni siquiera querían ayudarme contigo. Así que él se quedó atrás. La policía volvió a la escena una vez que todo se calmó, pero no estaba tu papá; por eso creemos que se lo llevaron.

Lo que fui sin tiOù les histoires vivent. Découvrez maintenant