Nunca la he tenido y la pierdo cada vez más

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Aiden

Recuperar las llaves de mi automóvil es lo mejor que pudo pasar esta jodida noche. Por un momento, sobre todo al inicio del estúpido juego, creí que iba a perderlo. No me preocupaba tanto el perder un auto, después de todo, tengo el dinero para comprar uno nuevo; el problema radica en la forma en que gané ese dinero. Estoy seguro de que a las autoridades les llamaría la atención el ver que un joven universitario sin trabajo estable y cuyo padre es un simple mecánico, consiguió un automóvil de primera calidad.

Y eso daría paso a la creación de nuevas interrogantes, podrían abrir una investigación y entonces todo saldría a la luz. Todo se iría a la mierda y no estoy listo para caer, la verdad no está en mis planes caer.

Sin embargo, ya no es ningún secreto que algo gordo está ocurriendo, el pueblo olvidado de Sores de pronto ha sido iluminado por la luz de los reflectores y está por ser testigo del evento del siglo. No me esperaba esto, sinceramente, creí que todo transcurriría en silencio y de forma tranquila, pensé que nadie sospecharía pues al final, el país tiene demasiados problemas de los que ocuparse en las grandes ciudades... a menos que esos problemas desaparecieran con el paso de los años. Y entonces las pequeñas migajas que fueron cayendo sin que nadie se diera cuenta, fueron descubiertas y ocasionó de la sospecha, una amenaza verdadera.

Porque definitivamente el idiota llamado Mateo y su pelirroja de rostro angelical algo tienen que ver aquí. Juraba que eran policías, encubiertos, seguramente, pero todas las pruebas indican que no lo son. La noche de la carrera, Gustavo se encargó de sacar información al tipo nuevo cuando llegó de improviso a decir que quería correr contra el mejor corredor que conociera de Sores. Por supuesto, el mejor corredor soy yo, y después de verlo junto a la pelirroja, supe que algo tramaban.

Nadie sube videos de eventos clandestinos a redes sociales, solo imbéciles e idiotas y justamente eso es lo que hay en Sores. Una idiota que subió un video a Facebook, el cual se hizo viral. El video de la carrera en la que cometí un pequeño y minúsculo error y por el cual perdí la carrera contra Di. Ella no se distingue muy bien, pues la gente la rodea, pero yo me veo a la perfección. Casualmente, un día después de eso llega una chica nueva a la que "transfirieron". Un bizcocho con ojos de inocente que no parece ocultar nada, pero qué sorpresa me llevé cuando la vi en la carrera.

"Una carrera por parejas" dijo el idiota de Mateo "Tu mejor corredor y a quien elija contra mi pareja y yo. Algo de calidad, que la apuesta valga la pena."

¿Y cuál fue la apuesta? Nuestros respectivos automóviles, claro está. Él sabía, alguien le dijo que dentro de mi automóvil se guardaba algo, algo más importante que mi vida. Algo que destruiría a más gente además de mí. Y dado que estábamos frente a los ojos de todos, no había forma alguna de sacarlo. Elegí a Elisa, por supuesto; una chica que ya está metida en la mierda, no se negaría a embarrarse un poco más. Aparte, no es mala conductora, sabe lo básico, lo demás tendría que hacerlo yo.

Sin embargo, fue nuestra noche de suerte, porque llegó Di a meterse. Quise ahorrarle el mal rato, quise evitar que Mateo y la pelirroja la vieran como una sospechosa. Quise correrla antes de que Gustavo la viera, pero fue demasiado tarde y la obligó a competir y qué mejor que una amenaza que sí estaba dispuesto a cumplir. No me consta que Gustavo haya matado a alguien, pero el flacucho novio de Dinaí, no le haría frente, sería pan comido matarlo.

Gracias a ella no perdí mi coche ni lo que guardaba en él, gracias a ella nos quedamos el automóvil del contrincante y aunque los mejores informáticos y mecánicos están trabajando en él, no hemos encontrado algo que valga la pena. Lo único bueno, es que quitamos los tres localizadores. Punto para nosotros.

Elegí a Dinaí como participante de este juego porque necesitaba que Elisa estuviera fuera. Con todos en contra, terminaríamos destrozados y más ella; en cambio, Dinaí...creí que no escondía nada y de paso aprovecharía para preguntarle el por qué me rompió el corazón, necesitaba saber por qué él y no yo. Joel, dijo que se llamaba el idiota ese. Cuando me dijo que se iría a la ciudad y que no podría estar conmigo en todo el verano, no dudé un segundo en tomar mis ahorros del trabajo con mi padre y salir hacia Estrada, la ciudad costera. Dos semanas y ella ya andaba de novia con el imbécil ese. Yo creía que teníamos algo especial, yo creía que terminaríamos juntos, pensé que lo mío era correspondido y resultó que no.

Lo que fui sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora