Capítulo 14 🏀

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C H L O E

—¿Qué tal el móvil? —preguntó Jack, mientras nos dirigimos a la fiesta.

—Bastante bien, pero no lo usaré por mucho tiempo —aseguré.

Era un buen modelo, pero no quería tener algo prestado y tan caro. Además podría comprarme otro, solo que, tendría que pensar bien cómo esconder semejante compra de mi madre. Porque lamentablemente, mi tarjeta de crédito la abastecía ella. Sí... digamos que no pensé muy bien sobre mi escapada a Shack.

—Yo no lo necesitaré, es un regalo Anderson.

—Sí, pero igual no creo que...

—Es un regalo —agregó firme.

—Cuánta insistencia —me quejé, mientras Jack rodaba sus ojos y empezaba a estacionar.

—Llegamos —comentó, estacionando el coche.

Y así fue cuando llegamos a la fiesta, aquella casa que había visto hace un rato atrás. Pero ahora, había jóvenes tirados en el suelo y botellas y vasos por todos lados.

—No aguantan nada —dijo Jack, viendo a varios chicos en el suelo y a otros vomitando sobre las plantas.

Al adentrarnos a la casa, llegamos a una gran sala. La música estaba demasiada alta, había mucha gente, demasiada para mi gusto.

—¡Vinieron! —exclamó Joel.

—Estábamos jugando a la botella. ¿Se unen? —propuso Eros.

Negué con la cabeza, no me apetecía besar a nadie. Aún sigo de luto por perder a un guapo y buen novio, bueno no tan bueno, maldita seas Harry.

Qué se joda Harry.

Sí.

—No seas aburrida, Anderson —molestó Harvey.

—¿Y si jugamos a Yo nunca nunca o 7 minutos en el paraíso? —propuso una chica desconocida.

Bueno, supongo que eso era mejor. ¿No?

Me senté junto a Jack y estábamos rodeados de chicas que no conozco, mis compañeros de casa y algunos del equipo.

Un chico que estaba sentado, se quitó la gorra y pidió un objeto de cada uno.

Le entregué mi anillo sin que nadie lo viera. Bien, al parecer jugaríamos de siete minutos en el paraíso.

La primera en sacar un objeto fue una bonita y divertida chica castaña. Y a su suerte ya que se veía emocionada, sacó el llavero de la camioneta de Jack.

Ambos desaparecieron yendo al baño más cercano y siete minutos más tarde aparecieron hecho un desastre, su labial estaba corrido y el cabello de ambos era un desastre.

El segundo en sacar fue Evan quien sacó un labial que le pertenecía a una pelirroja alta y con unas curvas de envidia.

Y siete minutos después, llegaron. Pero con un aspecto más arreglado que cuando llegaron Jack y la chica.

Cuando fue el turno de Harvey, oré para que no me tocara con él.

Y cuando noté que Harvey sacó una pulsera, suspiré en alivio.

—¡Es de ella! —exclamó la castaña, apuntando a una chica de cabello negro, quien estaba sonrojada y mirando al suelo.

Harvey se levantó y le tendió la mano a la chica que seguía sonrojada. Y salieron de allí de la mano.

Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICOWhere stories live. Discover now