Capítulo 07 🏀

48.4K 4.6K 4.5K
                                    

C H L O E

Realmente no creí que los chicos se pusieran a ordenar o que supieran cómo hacerlo. Pero así fue al terminar de cenar y sinceramente, me sorprendí.

Especialmente por Joel ya que fue el que terminó limpiando casi todo, porque perdió en el piedra papel o tijera.

Además esa noche fue bastante divertida, nos habíamos puesto a charlar. Y descubrí que a Evan le gustaba su mejor amiga, que Joel va de chica en chica, igual que Eros y Jack, aunque este último nunca tuvo nada serio y no se lo ha visto con nadie.

Cada uno de ellos, me recordó a un claro chico malo de los que suelo leer, excepto Evan quien resultó bastante cursi a comparación.

Pero al día siguiente, los chicos se levantaron temprano, demasiado para mi gusto. Así que me volvieron a caer mal por esa misma razón, porque para ser exacta... eran las cinco de la madrugada cuando me despertaron. Para luego sostenerme de brazos y piernas, debido a que no quería salir de mi cálida cama.

Fue una derrota ya pudieron alejarme de mi suave almohada.

No se va a quedar así, idiotas.

Prácticamente querían que haga el desayuno y que empezara entrenar con ellos. Ya que, iniciaríamos con el proyecto Chloe para equipo masculino o así lo solían llamar mis escandalosos compañeros.

El entrenamiento había sido realmente duro, entendía por qué eran tan fornidos y estaban tan tonificados.

Pero si quería entrar en el equipo, tenía que estar a su altura, además, teníamos que convencer primero al entrenador y luego al director, y eso no era una tarea fácil.

Aunque por alguna razón, contaba con el apoyo de todos los integrantes del equipo, incluso con aquellos que ni siquiera conocía muy bien. Supuse que creerían en la palabra de Jack, quien era el capitán.

Uno nunca duda del capitán.

El resto de la semana, la pase entrenando, cocinando y aprendiendo a convivir con los chicos. Que para mi sorpresa tenían bastantes reglas de convivencias. Y la que más me sorprendió fue; Nada de chicas en la casa. Claro que, yo era la excepción.

El viernes llegó y tenía que traer consigo a Harry, quien no dejaba de llamarme todos los días.

Siempre se escuchaba la voz de Donna decir algo innecesario o pedirle favores a Harry. Como aquella vez que estaba en llamada con él y ella gritó:

Harry, olvidé mi toalla. ¿Me la alcanzas?

Maldita Donna.

Maldito Harry.

—¿En qué piensas? —preguntó Eros atrayéndome a la realidad.

—En Harry —admití de mala gana.

—Tranquila, no tardará en llegar —aseguró, dándome un abrazo tranquilizante.

Estábamos en el aeropuerto, esperando su llegada. El viaje en vuelo era de todo un día y sabía que sería la última vez que nos íbamos a ver, en mucho tiempo.

Y de pronto lo vi cargando solo una mochila y quieto tratando de encontrarme con la mirada. Cuando me vio, vino caminando hacia donde estaba con Eros. Y sin más, juntó nuestros labios en un brusco y corto beso.

Al separarnos, vimos a Eros que se estaba tapando los ojos con las manos y Harry lo miró extrañado.

—Les estaba dando privacidad —comentó Eros mientras quitaba las manos de sus ojos.

Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora