Capítulo seis.

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La noche no fue nada buena. Luego de haber comido y hablado con Blake, él había subido a dormir. Al acostarse trató de dormir, pero escenas sobre él alejándose del castillo y dejando a Marian en él, comenzaron a abordarlo. Se levantó varias veces en la madrugada hasta que realmente logró dormirse.

Algo se acostó en la cama, el peso en la cama cambió por completo. Aunque no abrió los ojos, se despertó. No sabía cuántas horas había dormido, pero aquello lo hizo despertarse de golpe. Algo se movía cerca de él. Shiom abrió los ojos, su respiración estaba agitada. Su corazón le decía que verificara antes de reaccionar, pero su cuerpo fue mucho más rápido que sus pensamientos —cosa que nunca le pasaba—. Sacó su espada de la funda y sin mediar siquiera lanzó un corte hacia algo. La nada exactamente. Revisó el lugar y no había nadie. Se sentó, todo su cuerpo estaba sudando. Incluso cuando había dormido sin camisa. Se estiró y pasó su mano derecha por la cicatriz que tenía debajo del pectoral. Allí había una marca de cinco centímetros de largo de forma horizontal. Una daga había penetrado eso y casi le deja un hueco en el pulmón.

Observó por la ventana y notó que el sol aún no había salido. Se sentó a mirar hacia la pared. Aún le parecía un sueño todo lo que había pasado ayer. Aún tenía la imagen clara de cómo su padre había sangrado. La cara de miedo de su madre por la seguridad de su hijo. Luego la cantidad de perros saliendo y persiguiéndolo. Los mismos habitantes del pueblo diciendo donde se encontraba o por donde corría. ¿Acaso nada de eso fue una pesadilla? Su corazón latía demasiado rápido, le dolía el pecho en ese momento. Se quedó mirando sus zapatos después de eliminar esos pensamientos de la mente. Se golpeó las mejillas con ambas manos y se levantó de la cama. Tomó las bolsas de dinero, se colocó la camisa que tenía ayer y sin más salió del cuarto. Cerró la puerta y agarró las llaves. El pasillo era blanco, no tenía cuadros como el piso de abajo, pero todas las puertas estaban enumeradas y tenían un espacio de diferencia de tres metros entre ellas. Cuando iba por la mitad del corredor se dio cuenta que no tenía la espada en su cintura así que corrió hacia el cuarto, la tomó y la amarró a su cintura como siempre.

Mientras caminaba sacó el reloj de bolsillo y vio que eran las cinco y cincuenta de la mañana. Bajó las escaleras tratando de no hacer ruido. Todos seguían durmiendo. La posada aún estaba cerrada y Blake estaba con un trapo limpiando la barra, el joven de cabello negro tomó otro y comenzó a limpiar la mesa sin decir ninguna palabra.

—Buenos días —dijo el moreno desde la barra—. ¿Quieres algo para desayunar? ¿Salchichas? ¿Leche? ¿Ropa?

—Cualquier cosa está bien, Blake —respondió Shiom mientras que seguía en su trabajo. Era la única forma que tenía ahora mismo para no sentirse como un estorbo, dado que su hermano no lo dejó pagar por la habitación.

Ninguno de los dos decía nada. Era un silencio mortal. Shiom comenzó a tararear una canción mientras seguía en lo suyo. Blake después de un momento comenzó a cantar la misma canción. Era sobre un antiguo guerrero que sacrificó su vida por encerrar al dragón de la luz. Uno que se transformó en un dragón para matar a su mejor amigo. Cuando terminaron, Blake hizo una broma de mal gusto:

—Bien, aprovecha y toma una ducha. —Lo miró con una ceja arriba—. Hasta acá llega el olor.

—Necesitaré agua, jabón, algo con que secarme...

—Lo puedes tomar todo —respondió Blake, suspiró y prosiguió—, si molestas con que quieres pagar algo, te haré trabajar todo el día en la taberna.

—No suena mal. —La voz de Shiom tenía algo de tristeza en ella, pero no era lo suficiente para ser notada, aún los recuerdos le hacían daño.

—Mejor báñate, compras ropa y alguna otra cosa. He escuchado rumores de él, el último que me dijeron fue hace unos días. —El joven de ojos dorados se había detenido justo cuando escuchó "él", sus ojos se habían abierto como platos y estaba siguiendo las palabras del dueño de la taberna—. Los rumores dicen que se unió a la orden hace tiempo y que su mentora es uno de los cuatro pilares.

El dragón de la luz | TERMINADA |Where stories live. Discover now