Epígrafe.

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«En el pasado arcaico de Milahroxaz, un tiempo donde el inmaculado Reino Txard fue concebido. Nuestra madre, Skapeyen, creó a los venerables protectores, una raza con una misión inalterable, una que solo ellos por sus cualidades nobles y honorables eran capaces de llevar acabo: luchar contra los oscuros seres creados por el destructor Xerstue. En aquella época, estos guardianes capaces de usar una mítica conexión con la naturaleza batallaron duramente contra los diferentes ejércitos creados por el hermano de nuestra madre, criaturas que solo pueden ser encontrados en sueños influenciados por demonios.

Durante esos años de guerra, los ciudadanos del Reino Txard ayudaban como podían a sus hermanos guardianes: llevándoles comida, dándoles posada, afilando sus armas e incluso, cantando historias sobre ellos. Luego de haber derrotado a los malignos seres, las cosas empezaron a cambiar. Su mítica conexión dejó de existir y sus almas, que ellos podían mostrar, comenzaron a convertirse en unos seres gigantes parecidos a reptiles: con escamas, alas, garras y colmillos. El poder los corrompió, perdieron su naturaleza divina y se unieron a la oscuridad. Luego de un tiempo ellos se nombraron a sí mismos como: dragones.

Los que aún no habían sido contaminados bajo los deseos de Xerstue, comenzaron a entrenar humanos de Txard con la premisa de que estos pudieran darles paz a sus hermanos degradados. Poco a poco este grupo creció hasta ser una orden de caballeros. Durante los primeros siglos no tenían nombre, luego adquirieron el nombre de: La sagrada orden del corazón negro. Vestían armaduras negras con un corazón rojo en el centro, demostrando que la fuerza de la voluntad del corazón podía luchar contra la oscuridad de las tinieblas.

Esta orden, bajo el mandato directo del rey, viajó a Terra Leyenda, una isla cercana al reino, donde los dragones vivían. Al llegar, cuentan las historias que estos antiguos guardianes simplemente habían desaparecido, al igual que los sueños al despertarse.

Muchos dicen que los caballeros encontraron bebes abandonados sujetando espadas, con supuestas marcas malditas. Hay versiones de esta antigua leyenda que sugieren que la orden comprobó con azúcar y miel para ver si eran humanos, debido a que era la única manera de demostrar si su alma seguía siendo pura; una en especial, contada por uno de los caballeros, relata que ellos habían viajado con un grupo de humanos que poseía la misma conexión divina de antaño. Esta historia cuenta que los dragones fueron masacrados bajo espadas bañadas en miel y canticos sagrados, pero que antes de caer el último de los dragones maldijo a la humanidad en una lengua muerta:

«El día en que la princesa del olvido conozca al portador del dragón de la luz, volveremos a alzarnos para vengarnos de aquellos que nos traicionaron. No habrá nada que detenga el amor de ambos seres; tanto la heredera como el heraldo de la luz se encontraran las veces necesarias hasta amarse.»

A lo largo de los siglos, muchos humanos nacieron con ojos dorados como el sol, con un cabello tan negro al igual que una noche sin estrellas y siempre portaban una espada llamada: La portadora de luz, teniendo la desdicha de conocer a una chica con el apodo de: La princesa del olvido. Nunca se han alzado aquellos guardianes olvidados en el antaño.»

Extracto de algún libro de leyendas del reino de Txards.


El dragón de la luz | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora