¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Feliz martes, jóvenes escritores!
Nos complace reunirnos hoy para dejar los resultados de este desafío, el cual, a pesar de no contar con muchos participantes, la calidad de los relatos fue tan alta que nos hizo complicado seleccionar los ganadores.
Sin más demora, les dejamos los resultados; muchas felicidades a los ganadores y a quienes no lo lograron, no desanimen, pronto vendremos con otro desafío.
Las decisiones, siempre las he considerado como un arma de doble filo, no hay ganadores, la experiencia es lo único que obtienes en el juego, lo demás es suerte. Puedes decidir crear de cualquier situación un buen resultado, o convertirlo en tu peor enemigo. Lo peor de todo, es que conforme creces, te das cuenta que a veces en la vida no todas las opciones tienen porque ser: blanco o negro, a veces es un intermedio, o una mezcla de todos los colores.
Otras veces, debes romper las reglas de lo establecido, para poder llegar a descubrir un nuevo camino. Hoy es uno de esos días, donde la vida me ha tenido que sentar a explorar todo tipo de opciones, tengo el teléfono en la mano y he releído el mensaje del chico que me gusta, muchas veces, él me ha invitado a salir.
Pero, hay un problema que tengo en común con mi mejor amiga: Delaney, nos gusta el mismo chico, desde que estábamos en el Jardín de Niños. Ella no sabe que él y yo hemos estado hablando por meses, ni le he querido contar que me ha invitado a salir este fin de semana, es mi primera cita, pero también sé que le destrozaría el corazón y nuestra amistad se convertiría en una relación complicada.
El conjunto que llevaré ya está en la cama. El maquillaje ya está esperando en mi cómoda, todo está listo. Mis papás ya me han dado permiso, inadvertidos del conflicto que me ha tenido presa en mi propio cuerpo por meses. En lo personal, el terminar eligiendo entre la amistad y el amor, es lo mismo para mí, porque no hay garantía que ninguno de ellos se quede conmigo para siempre. A pesar de que me asegurarán lo contrario, porque así es la realidad, somos impredecibles.
Jason pregunta si estoy lista, pasará por mí dentro de media hora, tengo que decirle la verdad. Mi mamá siempre me ha dicho que la verdad incómoda, puede doler, pero te libera de muchos malentendidos. Trago saliva, el sonido que trae por defecto las teclas de mi teléfono, de pronto se escucha como balas que traspasan mi piel mientras le escribo.
Le digo toda la verdad, que sé que él también le gusta Delaney desde hace tiempo. La duda me embarga, le interrumpo preguntándole en quién tiene más interés, pronto me doy cuenta que conservarlo tampoco tiene sentido. Se toma un gran tiempo en responderme, le paso la captura a mi amiga. Delaney parece dolida de que se lo hubiese ocultado, su reacción fue escueta, era como si estuviera esperando la confirmación de sus propias hipótesis. La respuesta de él llegó después, lo único que podía hacer, era decirle a Jason que fuera sincero con ella y se lo dijera en persona.
