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¡Muy buenas, criaturitas del señor!
Ya estamos aquí con una nueva tanda de ganadores del último desafío que subimos a nuestro perfil. Sus relatos nos pusieron la piel de gallina y logramos sentir muchas cosas con esas hermosas cartas que escribieron.
Sin más preámbulos, les presentamos a los ganadores de esta semana.
Pd: Recuerden seguir al pie de la letra las instrucciones que les proporcionamos en cada desafío para que su evaluación no se vea afectada.
¡Nos vemos el viernes con un nuevo desafío!
*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico.
Hola ¿Cómo estás?, sé que no leerás esto y al final acabara en la basura como las numerosas cartas que has rechazado. Eres el príncipe de la escuela como siempre lo has sido, y ese apodo te queda muy bien eres atento, lindo, educado y estudioso, para ser sincera ¿a quien no le gustaría un chico como tú?.
Es extraño, los años pasaron mientras que los meses los acompañaban y los días continuaban siguiéndolos, y siempre me obligaba a pensar que no eras tú el detonador de la bomba de sentimientos que protejo, pero ahora que me doy cuenta eres tú el sentimiento de felicidad me bombardea a tal punto de levantar una bandera blanca y perder esta guerra. Miedo, es algo que solo le debería tener a mis notas de fin de año, pero tengo miedo de que confesarme sea un error, una equivocación, pero las pocas pizcas de amor que cayeron en mi corazón fueron suficientes para que no pudiera dormir en días.
Así que aun que no sientas lo mismo que yo espero que no te burles de mi en la graduación.
Esta carta no es solo una despedida, sino también una confesión. Una que no he podido hacer nunca, a pesar del tiempo que hemos pasado juntos.
No sé cómo empezar a decirlo, así que iré al grano:
Te amo.
Te amo como no tienes una idea mi príncipe del Rock. Más de lo que he amado a nadie jamás. Me enamoré de ti desde el primer instante en el que tus hermosos ojos verdes se posaron en los míos y me dedicaste esa sonrisa tan única que sé que no regalas a cualquiera; y cuando me lo confesaste, quedé todavía más cautivada.
Ya no pudo mantener oculto este sentimiento por mucho más tiempo, por eso te escribo esta carta.Y sé lo que estarás pensando: "¿Por qué no me lo dices en persona?"
Es más, seguro lo pronunciarás en voz alta.
La cosa es que... no puedo hacerlo. Tú mejor que nadie sabes que soy una cobarde por naturaleza; y de verdad que lo intenté. Aquella vez que te fui a tu casa, no fue para pedirte apuntes, fue para decírtelo; pero mi cobardía sobrepasó a mi valentía.
Siempre he tenido miedo de que al contártelo me rechaces por no sentir lo mismo, y que nuestra amistad se destruya.
No soportaría el perderte. No podría vivir conmigo misma.
Sin embargo, en estos momentos me arrepiento de no haberlo hecho antes, pues ahora ha llegado la hora de partir. El tiempo corre en mi contra y tú seguramente te encuentres en tus clases con Natallie, ajeno a todos mis sentimientos.
Solo quiero que sepas que eres el amor de mi vida... siempre lo serás.
Estoy por terminar la secundaria, me siento entusiasmada por elegir qué voy a hacer con mi futuro de acá en adelante, pero sé que hay algo que tengo que confesar antes. Y eso te incluye a vos, Jason. Sí, debo decirte la verdad sobre este sentimiento que traigo desde la primaria pero me da miedo como vayas a reaccionar. Te conocí cuando llegaste al colegio en marzo del 2010, parecías un príncipe para mí. Recuerdo que lo primero que pensé fue que me encanta tu cabello rizado y tu encantadora sonrisa. Sentí que fue amor a primera vista, eso que dicen de que todo comenzó a pasar en cámara lenta. Así fue cómo me sentí al verte, y probablemente leas esto y te sorprendas o te asustes (ojalá que no) pero necesitaba sacarlo del pecho. Ahora no nos veremos más ya que cada uno va a tomar caminos por separado, y es por esa razón que me animé a escribirte esta carta. Seguramente no me atreva a entregártela, pero supongo que escribir lo que siento en un papel va a ayudarme a superarte y a seguir adelante con mi vida. Tampoco pretendo que me digas que sentís lo mismo, tenemos una amistad de años y no me gustaría romperla con estas cursilerías pero espero entiendas por qué tenía que contarte esto. Sé que como amigos nos llevamos muy bien, aunque admito que varias veces me pregunté cómo seríamos si fuéramos pareja. De todos modos espero estés bien y te vaya genial en todo, en lo que desees hacer y seas muy feliz, con la persona que quieras elegir (no importa si no soy yo). De cualquier forma yo estaré, si me lo permitís, en tu vida. Como amiga, confidente y lo que vos quieras.
Son ya años los que llevas causando este sentimiento en mí, y no he podido ser más cliché que confesartelo hoy. Tuve miedo todo este tiempo, miedo a recibir un no, miedo a qué te alejes de mí. Pero hoy mando al infierno mis miedos. Porque quiero decírtelo.
Estoy enamorada de ti.
Han sido los años más bellos desde que lo sé. Verte todos los días al otro extremo del salón, recostado en tu carpeta con los pensamientos dispersos, sonrojado cuando recordabas algo entre ellos, y tu sonrisa cuando notabas mi mirada.
Sé que lo que siento es amor. Cuando estábamos en primaria eras solo el chico que me gustaba. Entrando a la secundaria me pregunté lo mismo, ¿eres solo un gusto o puede que haya algo más? Sí que había más, las veces que he imaginado un nosotros me lo confesaron.
Te he soñado tal cual príncipe de cuento de hadas, año tras año, desde mi carpeta anhelando algún día ser la princesa de los tuyos. Tan cliché como sabes que soy. A estas alturas sabes que estoy siempre entre los sueños y la realidad. Y tú siempre has formado parte de los sueños.
He de confesarte que esta carta queda pequeña, y que todos estos años llenos de sentimientos no pueden resumirse a una hoja de papel. Me queda solo decirte que te amo. Es lo único que me permite confesar la valentía con la que te he escrito estas palabras.
La lluvia se desliza por el tejado y cada gotera me recuerda mi sentimiento. Te he amado desde la infancia, o al menos te he amado según lo que yo creí era el amor. Pronto tomaremos caminos diferentes y tengo miedo de dejar pasar la única oportunidad que me queda, para expresarte que has sido lo más parecido a un príncipe azul, en este infierno que ha sido la escuela. Siempre has tenido una palabra amable, a diferencia de la gran mayoría. Tengo que confesar que amé la idea principesca que hice de ti, pero también amé a la persona noble que eres. Y confieso también que has despertado en mí la certeza de que puedo amar. Espero que en la nueva vida universitaria que vamos a iniciar, me recuerdes con el mismo cariño que yo te recordaré. Amanda.
