Desafio #66: Resultados

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¡Buenas noches, sensuales seguidores!

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¡Buenas noches, sensuales seguidores!

Al igual que todas las semanas les traemos los resultados de nuestro último desafío. Cada vez la competencia se vuelve más reñida y es muy difícil llegar seleccionar a los ganadores, pero estamos fascinados con la cantidad de talento que cada uno de ustedes siempre demuestra con su participación. 

Sin más preámbulo, les traemos a los ganadores de esta semana. ¡Nos vemos el día de mañana con un nuevo desafío! 

*La forma en la que se muestran los participantes no tiene un orden en específico. 

***

Lia-RB

Me muevo muy veloz mientras mi mente hace un resumen de todo lo acontecido en la mañana de hoy.

Desperté cincuenta minutos más tarde de lo normal, debido a que decidí no separarme de mi comodísima cama cuando sonó mi alarma. Esto me costó el riesgo de llegar tarde a mi primer día en el nuevo curso escolar.

Aún con el cansancio sobre mis párpados, agilicé todo mi ser para vestirme y marcharme con la mayor prontitud. Sólo quedaba una dificultad: encontrar unas medias adecuadas. Si se busca en Google el significado de la palabra desorden seguro se observa una foto de mi habitación, así que hallar algo allí sería una tarea prácticamente imposible. Finalmente encontré dos medias, eran disparejas pero de colores semejantes por lo que supuse que nadie notaría la diferencia.

Sin desayunar salí de mi casa y ahora me encuentro corriendo a la velocidad de la luz (bueno tal vez exagero un poco). Necesito alcanzar el ómnibus que me llevará a la escuela, me concentro en esto y me olvido de lo agitada que estoy. De repente, mi camisa se encaja en un alambre roto proveniente de una cerca y en el forcejeo por destrabarme y continuar mi camino, rasgo mi uniforme. El daño no es muy grave pero es notable, algo me dice que tendré que coser esta tarde... Odio hacer cualquier tipo de trabajo, mi pecado capital es la pereza.

Al final, decido no acongojarme más y seguir mi rumbo. Llego a un punto que diviso a lo lejos mi transporte, el cual se encontraba detenido pero ahora se ha puesto en movimiento. Sólo unos metros más, me repito mientras continúo con mi carrera de resistencia.


—¡Conductor! ¡Conduuuctor! —grito locamente deseando que me escuche. Quienes sí oyeron mis exclamaciones fueron las personas que pasaban por la calle, que me observan como si yo fuese una especie de otro mundo. ¿Esto no sería tomado como alteración del orden público o sí? Como sea, a veces hay que perder la compostura por lograr un objetivo, en este caso los fines justifican los medios.

Cuando pensé que ya no llegaría a tomar el autobús, por obra milagrosa este se detuvo y pude alcanzarlo. Al abordar, encontré una asiento libre donde calmar mi agitada respiración.

—Hola —me dice el chico sentado a mi lado, por cierto es muy atractivo y por su emblema en el uniforme deduzco que va a mi escuela.
—Hola —musito.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Lo-loren —respondo tartamudeando del nerviosismo.
—Un gusto Loren, mi nombre es Patrick.

Al menos algo bueno en el día: conocí a este interesante joven. El resto del recorrido lo pasamos charlando los típicos datos personales que se dicen generalmente cuando estás conociendo a una persona: edad, gustos, etc.

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