Capítulo 21. ~ Ashley.

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Deseé con toda mi alma y mente que Nathan no hubiera venido a visitarme. No podía ser humanamente permitido verlo tan destruido, triste y roto, todo por mi culpa.

—Hey. —el había dicho.

Trató de tocarme, y entonces yo retrocedí. Si sentía su piel quemando contra la mía una vez más, todo esto sería mucho más difícil de lo que ya es. Volvería a sentir algo, y si regresaba a un estado humano normal, no podría salir de esta. Los sentimientos son para los débiles, me repetí una y otra vez.

Incluso así, la parte de mi corazón que estaba al rojo vivo con sentimientos no podía dejar de latir por él, aunque sus ojos no irradiaban luz sino cansancio, aunque sus dedos estén todos rotos de tanto morderlos, aunque él no tenga la culpa de todo esto.

Y fue cuando se me ocurrió que la peor cosa que te puede pasar en la vida es ser tan física y emocionalmente dependiente de una persona, porque cuando esa persona sufre algo, lo que sea, aunque no necesariamente esté vinculada con dolor, tú lo sentirás. Sentirás su felicidad, su tristeza, su desespero, su rabia, su cansancio. A veces se pondrá tan complicado y difícil que desearás nunca haber conocido a esa persona, pero a través del dolor, las lágrimas, las sonrisas y la sangre sabrás que todo es real, que nada está cubierto con azúcar, que esto es lo que las personas llaman “amor verdadero”, por espontáneo, fugaz, doloroso o perfecto que sea.

Y maldita sea, ojalá Nathan Sykes no me amara verdaderamente.

Me di cuenta de que esto para mí sería fácil. Podría reprimir cada sentimiento, cada recuerdo, cada beso y cada abrazo que él me dio. Podría pasar días en la cama del hospital y después marcharme, e irme quizás a otra parte del mundo y nunca volver a saber de él. Podría crear una nueva vida—mierda, quizá podría cambiar mi identidad—, conocer a una nueva persona, enamorarme locamente y comenzar una familia. Pero él nunca podría hacer esto.

Nunca podría hacerlo, porque él ha sido uno de los desafortunados—o afortunados, depende de donde se vea—que ha podido encontrar a alguien que lo define como persona, alguien con quien ríe y llora, alguien a quien le pertenece todo su ser. Y eso es exactamente a lo que me refiero.

Nathan Sykes nunca debió haberme conocido, nunca debió haberme hecho la prioridad de su vida. Me sentía tan mal por él, yo lo olvidaría y él se quedaría en el mismo momento en su vida, un momento el cual él iba a dejar que lo consumiera y lo terminara de definir como persona. Él seguiría enamorado de la misma chica, de la misma alma en pena cuyo purgatorio es la Tierra, de la misma muchacha que nunca pudo lograr algo real en su vida, sino que fue culpable del crimen de hacer la vida de una persona miserable.

Por más que quisiera cortar el hilo invisible que nos unía, sabía que era imposible. Pero en ese momento, me sentí horrible, sabiendo que había arruinado por completo la vida de un muchacho bueno, una persona increíblemente hermosa, sin siquiera querer ser parte de ello.

Me era imposible verlo a los ojos sin sentir pena por él. Podía ver los escombros del desastre que había creado por toda su cara: desde sus ojos verdes esmeraldas rodeados de un mar de sangre hasta el más mínimo cambio en su peinado.

Pérdoname.

Pérdoname porque lo único que sé hacer en esta vida es tratar de alejar a las personas alrededor mío antes de arruinar su vida por completo.

—Yo... Uhh... Te extraño. —dijo él, después de un momento de silencio.

No respondí. No quería responder. No traté de responder. No quería hablar nunca más en mi vida.

—Fui tan estúpido, no sé cómo no vi venir esto. Perdón por hacerte esto.

Pero él no sabía que no lo era.

Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin