Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.

Capítulo 4. ~ Ashley.

Nunca imaginé que sería uno de esos personajes estereotipados de películas de acción que se encuentran sentados en una silla con todas sus extremidades amarradas con una cuerda que perforaba poco a poco la piel y la dejaba al rojo vivo, con la boca tapada con un pedazo de cinta plástica, hasta que desperté esa mañana. 

Nuevamente, me sentí extremadamente mareada al abrir los ojos y descubrir que era de día y los rayos del Sol inundaban el cuarto en donde estaba, el cual, ahora veía, tenía todo tipo de muebles, excepto que estaban ocultos bajo sábanas blancas. El clima era frío como de costumbre y me helaba hasta los huesos. La tranquilidad que se respiraba del bosque de árboles alfeñiques que nos rodeaba era un tanto horripilante y misteriosa, y no me gustaba para nada. 

Respiré el aire que me perforó la nariz con una punzada de frío y traté de mantener la calma al darme cuenta de que estaba totalmente inmovilizada. 

Justo en ese momento, escuché el motor de un carro acercándose y mi corazón se aceleró. Quería gritar, por si era alguien que de casualidad pasaba por ahí y tenía la oportunidad de ser sacada de aquel lugar siniestro. El sonido se desvaneció, junto con mi oportunidad de ser rescatada. 

Traté de recordar lo que había pasado: después de salir del trabajo, alguien me había traído para acá. Hasta hace poco, no sabía quién había sido, pero algo me decía que era Patrick. Quiero decir, a parte de que estaba extremadamente segura de que él había sido el que me había atado de esta manera, existía la gran posibilidad de que también hubiera sido otra persona. No estaba del todo consciente.

Lo recordé a él, cuando le dije que nuestra relación de mentiras había terminado. Me había lanzado una mirada que me congeló los huesos, algo que, por primera vez, me causó un miedo tan horrible que prefería no pensar en eso. Lo recordé a él, hace meses en el campus, cuando yo corría a la graduación de Josh, pasándome sus ojos por todo el cuerpo, haciéndome sentir extraña dentro de mi propio organismo... 

¿Por qué haría algo así? ¿Simplemente para asustarme?

Porque la verdad era que no estaba asustada. Ni de él, ni de nada. Sabía que no era capaz de hacer más que esto, nada más que mantenerme aquí. Al fin y al cabo, sabía que dentro de él todavía vivía nuestra amistad. 

Tal vez esto se trataba de otro asunto, como chantajearme u otra cosa. 

Mantuve la respiración cuando vi a Patrick entrar por un lado de la pequeña cabaña. Estaba usando una cazadora de cuero junto a unos blue jeans y unas botas de seguridad. Traía una consigo bolsa azul traslúcida. Se volteó hacía mí y sonrió su sonrisa espeluznante. 

Lo estrangulé mentalmente. 

Caminó hacía mí y cuando estuvo frente a mí, se inclinó hacia adelante. El aire caliente que salía de su nariz pegaba contra mis labios e hizo que mi corazón se acelerara. Simplemente me vio a los ojos, y yo traté de no hacerle notar que estaba nerviosa. 

Se dio media vuelta y caminó hacia donde había dejado la bolsa azul. 

—Ya era hora que despertaras, princesa. —dijo con una voz que desprendía ácido—.Me has dejado sin nadie con quién hablar por 2 días. 

¿¡2 días!? ¿¡Había estado dormida por 2 días!? 

Mi estómago dio un vuelco. 

—Creo que te drogué demasiado. 

¿¡Me estaba drogando!? ¿¡El maldito bastardo me estaba drogrando!?

Sentí que se formaba una casi imperceptible bola de miedo en la parte trasera de mi garganta.