Capítulo 11. ~ Ashley.

1.8K 78 24
                                    

Después de jugar a la ruleta rusa con Dionne varias veces, mi mente estaba totalmente rota y agotada. No me quedaban ni las más mínimas fuerzas para mantener esperanzas. Ya sentía que había perdido una guerra que nunca había comenzado.

No comía. No tomaba agua. No quería hacer nada, en realidad. Sólo quería que una bala me atravesara el cráneo para no tener que enfrentarme con la realidad que estaba viviendo.

Sabía que Nathan me odiaba hasta más no poder, primero que todo por ignorarlo de tal manera, y segundo por terminar con nuestra relación. Él continuaba diciendo que me amaba—algo que me rompía más—, pero sabía que en el fondo estaba buscando cualquier pequeña cosa para que el odio por mí floreciera dentro de él. Sabía que le dolía, y eso era exactamente lo que no quería que pasara: que él pasara por lo mismo que yo estoy pasando. Simplemente no era justo. Él no se lo merecía, y estoy completamente segura de que si de alguna manera salgo de esta, nunca podré verlo a él de la manera en la que solía verlo. Nunca podría verlo directo a la cara sin sentir un pinchazo de culpabilidad carcomiendo mi cuerpo desde adentro hasta afuera.

Tal vez todas las cosas que me han pasado me las merezco, por ser tan egoísta y no pensar en las personas que están a mí alrededor. Como dice Dionne: necesito aprender mi lección.

Nunca debí jugar con los sentimientos de Patrick, aún sabiendo qué tipo de psicópata es. Él también tiene sentimientos, ¿no? Al igual que con Brad, el imbécil que me vendió a su mejor amigo violador. Nunca debí usarlo para superar a Nathan. Maldita perra. Y con Dionne... Quién sabe, tal vez si yo no estuviera viva, si yo no me hubiera interpuesto en su relación con Nathan, ellos dos podrían estar realmente felices en este preciso momento, planeando su futura vida juntos y todo.

Si hay un lugar en este universo para mí, ese lugar se llama Infierno.

Tenía que aceptarlo. Siempre una parte de mí supo que de alguna manera estaba destinada a estar muerta, a no existir en este mundo. Fui un error catastrófico, de niveles apoteósicos. Y, si ese es mi destino, ¿por qué no aceptarlo?

Era la piedra de tropiezo hacia la vida perfecta de las personas que se topaban conmigo. Era la mancha en el retrovisor del conductor medio ciego. Era la nube de tormenta sobre el picnic de las personas a mi alrededor.

Sentí mis brazos, con las heridas que Dionne me había dejado hace apenas unas horas abiertas. Cada latido de mi corazón significaba una pulsación en las heridas, una pulsación más con la que esperaba que mi corazón se detuviera por completo para cumplir con el destino que fui asignada. Cada centímetro cuadrado de mi cuerpo estaba tan cansado que ya ni sentía el dolor, un dolor bien merecido. Mi pecho subía y bajaba sólo por necesidad propia de mis pulmones, no por la batalla entre la vida y la muerte que llevamos todos a cabo en nuestros organismos diariamente.

Repetía las escenas más suicidas que había tenido a lo largo de mi vida una y otra vez en mi mente para recordarme a mí misma que todo esto tenía una razón de ser. Casi siempre tenía una que otra alucinación mezclada con pesadillas, en las que me ordenaba a mí misma no volver a la realidad, tenía que vivirlas completamente.

—¿Ya tu cabeza está lo suficientemente jodida, cariño? —Dionne preguntó mientras entraba al lugar en donde estaba amarrada contra mi voluntad.

La miré con los ojos entrecerrados. Traté de hablar, pero supe que había susurrado algo que nadie podía entender, ni siquiera yo misma.

Dionne se rió. —¡Mira a la pobre criatura! ¡Ya ni siquiera puede hablar! —chocó los cinco con Patrick, quien también sonreía con orgullo—. Quien diría que la perra de Ashley Underwood tenía tan poca fuerza de voluntad.

Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.Where stories live. Discover now