With You / Libro II ✔️

Tres

Yo era un imbécil, eso sí es cierto. 

En vez de estar pensando en mi novia - mientras iba manejando directo a la Universidad donde estudia - estaba pensando en la mirada y palabras de Dante, pensando en ese chico sin saber porqué, con todo lo dicho por él que dolía en lo más profundo de mi corazón. No lo entendía, no entendía qué cojones estaban sucediendo conmigo, pero no me estaba gustando en lo absoluto. 

Freno en seco cuando casi he cruzado en luz roja, mirando hacia el frente asustado y con mis nudillos de mis manos volviéndose blancas por lo fuerte que estaba agarrando el volante. Suelto un fuerte suspiro, apoyando mi cabeza en mis manos sobre el volante por unos segundos, luego, desvío mi mirada en la carpeta con información de Dante. Información que le pedí a Paul. 

Hay algo en ese chico que me hacía cuestionar muchas cosas, especialmente, cualquier tipo de pensamiento negativo hacia él. Quería indagar, entender qué es lo que sucedía, pero también, el pensar la razón del porqué me estaba preocupando tanto por ese chico cuando sólo es amigo de Grace. 

Vuelvo a suspirar, guardando la carpeta dentro de mi bolso negro, retomando mi camino hacia la Universidad, evadiendo cualquier pensamiento sobre el chico. Pero entonces, todo regresa a mí como si alguien me hubiese dado un golpe, cuando noto un gran círculo en la entrada de la Universidad y se escuchaban los gritos hasta el estacionamiento. 

Estaciono, bajando y poniendo el seguro antes de caminar hacia ese círculo, confundido, pero he podido diferenciar el cabello de Grace moverse violentamente, seguido de sus gritos. Apenas puedo ver, pero me encuentro a mi novia siendo sostenida por dos chicos, impidiéndole ir hacia quién sea, es ahí cuando me preocupo. Empujo a los estudiantes que se interponen en mi camino y detengo mis pasos, estático, al notar a Dante en el suelo, quejándose, mientras que otro chico estaba mirándolo, supuse que ha estado golpeándolo sin cesar, pude observar con rapidez la escena; Dante escupía sangre y su labio inferior estaba roto y un par de líneas rojas caían por su nariz. 

El chico hace el amago de volver a darle otro golpe, pero se detiene. 

- ¡Atrévete a enfrentarme así otra vez por esta puta a la que llamas amiga, imbécil! - Bramó, propinándole una patada. Es cuando decido meterme, acercándome a pasos seguros. Empujo con fuerza al chico, posicionándome delante de Dante y brindándole una mirada fría al idiota. Este luce desconcertado, acariciando su pecho, justo donde he dado mi mano para empujarlo. - ¿Tú quién demonios eres? ¡¿Cómo te atreves a empujarme?!  

- Aléjate de él. - Murmuro, dándole la espalda para poder ver a Dante. Él me mira, no puedo descifrar lo que hay en sus ojos, pero no hay nada de odio. Iba a ayudarlo para que pudiese levantarme cuando el sujeto me empuja con brusquedad y Grace vuelve a quejarse, forcejeando para soltarse. Aprieto mi mandíbula, recordando mis tiempos y girando sobre mis talones para volver a verlo. - ¿Quién te crees qué eres para golpearlo? ¿Acaso eres un matón o qué, imbécil de mierda?   

- ¿De dónde conoces a este putito? No, no me digas... Te da unas buenas mamadas, ¿No es así? - Se carcajea, haciéndome soltar una risita fingida por lo bajo y eso parece causarle mucho más gracia. Le dedico una mirada leve a Grace, pidiéndole en silencio que se calme, regresando mi mirada a rostro del idiota, preparándome antes de darle un puñetazo certero al chico en el rostro, empujando su cuerpo al suelo. Me acerco a él, esta vez estrellando mi cabeza en su rostro. Se queja, sosteniendo su nariz, sangrando como una cascada, es cuando lo suelto con fuerza, permitiendo que todo su cuerpo estuviera tendido en el suelo, mareado. - ¡Jodido cabrón! ¡Me duele hasta la mierda!   

- Dante es amigo de Grace y cualquier amigo de mi novia, a quién, anteriormente, llamaste puta, es mi amigo también. Si él la defendió, debió ser por tu jodida culpa, ¿Te ha quedado claro ahora que quiero que te mantengas lejos de ellos o necesitas que te de otra lección? - Me observa, escupiendo la sangre que se ha acumulado en su boca. Esbozo una sonrisa de lado, ladeando mi cabeza y mirándolo con repulsión. - ¿Qué? ¿Te ha comido la lengua el ratón, pedazo de mierda?