Capítulo 16

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Revelaciones

Apoyé mi temblorosa mano en la manilla de la puerta del congelador, inhalé y exhalé un par de veces para calmar mi respiración, luego abrí la puerta, saqué los flans y los coloqué en el desayunador, Demon no se había movido en lo absoluto, él se encontraba apoyado del mostrador donde hace unos segundos me había acorralado, miraba el fijamente piso.

—Haz tus últimos toques —hablé dándole la espalda y sacándolo de su ensoñación.

—Claro —lo escuché moverse a través de la cocina, luego oí como se encendía la estufa, preferí concentrarme en terminar mi flan.

Después de culminar, coloqué dos vasos en la mesa llenos del té que había hecho con anterioridad, me senté y crucé mis brazos sobre el desayunador. La música cambió a un rock un poco más pesado, era una canción de Thirty Seconds To Mars, no recuerdo su nombre, pero me gustaba. Demon apareció luego de unos segundos y a su flan le echó un líquido rojo espeso, seguidamente le colocó unas hojitas de menta.

—Probaremos el mío primero —Anuncié cuando Demon se sentó frente a mí.

Le di una cucharilla, juntos tomamos una porción de mi postre y no era por presumir, pero mi flan estaba muy bueno, diría que era de calidad de restaurant.

— ¿Y bien? —pregunté luego de unos segundos en silencio.

—No está mal —dijo y se encogió de hombros, solté un bufido.

— ¿Lo dices en serio? —le alcé una ceja inquisitiva.

—Totalmente.

—Bien, esperemos que el tuyo sea mejor entonces —dije con un tono de fastidio.

—No te preocupes, lo será —dijo arrogante y para colmo me guiñó el ojo, puse mi ojos en blanco.

Dentro de mí me sentí bien al ver que el ambiente no se había vuelto tan tenso luego de lo ocurrido. Tomé una porción de su flan bañando con ese líquido rojo. En lo que el flan entró en mi boca se disolvió y sentí el fuerte sabor del maracuyá, pero la salsa, la cual me di cuenta era de frutillas, combina perfectamente con el flan y le daba un toque dulce y la menta daba un toque fresco, gemí por lo sabroso que era el postre de Demon.

—Sabía que mi postre era bueno, pero no sabía que causaba orgasmos en las mujeres —dijo divertido con una sonrisilla en su cara.

Sentí mi cara arder de la vergüenza, por lo que me cubrí con las manos, no puedo creer que yo haya hecho eso, dejé salir un suspiro frustrado.

—Parece que pase la prueba —dijo él complacido.

—Bien, lo admito, tu postre es mejor que el mío —dije reacia, luego de haberme quitado las manos de la cara.

— ¿Dónde aprendiste a cocinar así? —Pregunté verdaderamente interesada mientras comíamos de nuestros flans, él me alzó una ceja en forma de pregunta —lo siento, pero es que pareces de esos típicos chicos que solo comen cereal y masa para panqueques.

—Luego de la muerte de mis padres aprendí que tenía que valerme por mí mismo —dijo simplemente.

Estuve en silencio durante unos segundos antes de volver a hablar.

— ¿Eras muy joven? —pregunté tratando de ser cuidadosa.

—Tenía diez —sentí un pinchazo en mi corazón, me dolió un poco el pensar en un pequeño niño de cabellos negros y ojos cobaltos, solo y triste por la pérdida de sus padres.

—Yo perdí a mi madre hace siete meses, luego de que batallara con el cáncer —dije, aunque no me sentí muy segura del por qué lo saque a colación, pero se sentía bien compartirlo con él.

Sweet Peril. (The Sweet #1) [EDITANDO]Where stories live. Discover now