Capítulo 8

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Bien y mal

—¿A qué hora iniciaran la fogata? —preguntó Sam.

—Creo que a las siete —respondió Alli.

—¿Iremos a la gran fogata esta noche, chicos? —preguntó Bennett comiendo una papa frita.

—Por supuesto —respondió Ethan, asintiendo.

—Será genial —dijo Sam.

—¿Y tú, Anna? —preguntó Alli.

—¿Yo qué? —pregunté despegando mi vista de las puertas de la cafetería.

—¿Irás a la gran fogata con nosotros? —preguntó Sam, sonriéndome.

—Amm... claro, pero tengo que hacer algunas cosas primero —me daba algo de vergüenza admitir que tenía que preguntarle primero a mi padre; si bien nos llevábamos bien, él era predicador, por lo que a cuestión de fiestas era algo reacio.

—De acuerdo. Cuando termines te puedo pasar a buscar, si quieres —ofreció Sam.

—Claro, sería genial.

Al sonar la campana, todos caminamos juntos al laboratorio de biología, entramos y nos sentamos cada uno en nuestros asientos respectivos. Estuve conversando con Ethan, Alli y Sam hasta que el señor Finnegan entró al salón y dio inicio a la clase. Durante la clase sentí tres cosas: 1) la mirada gélida de Ashton, 2) los vistazos que me daba James, y 3) la incomodidad de los penetrantes ojos cobalto de Demon. Quise esconderme o salir corriendo para evitar a esos tres pares de ojos. Para cuando terminó la clase, casi grité aleluya y rápidamente recogí mis cosas.

Llegué al estacionamiento y me encontré con Ethan que me esperaba. Me subí al asiento de pasajero, Ethan se subió a la camioneta y encendió el motor. Un motorizado paso frente a nosotros mientras se dirigía a la salida del estacionamiento, sabía perfectamente quién era y me extrañé conmigo misma por saberlo.

—¿Conduce una Harley? —pregunté algo sorprendida. Bueno, aunque no debería estarlo, la moto le iba bien con su imagen.

—¿Quién? —preguntó extrañado Ethan, mirando a todos lados en el estacionamiento, pero Demon ya se había esfumado.

—Demon —expliqué.

—¿Cómo sabes que maneja una Harley? —Bueno, eso respondió mi pregunta—. Y, ¿cómo rayos sabes cómo le dicen? —preguntó seriamente.

Oh, rayos. Es cierto que Ethan no sabe que yo sé cosas de Demon, y menos que Sam ha sido la que me ha contado esas cosas.

—Bueno, con respecto a tu primera pregunta, acaba de pasar frente a nosotros y con respecto a la segunda, pues... —alargué la palabra lo más que pude—, lo escuché por allí —dije a final encogiéndome de hombros, dándole una sonrisa simpática.

—Te creeré esta vez —dijo estrechando sus ojos hacia mí—. Espero que no estés interesada en saber más de él.

—En lo absoluto —dije levantando mi mano derecha como una promesa. Una vocecita en mi interior me llamó mentirosa, pero decidí no prestarle atención.

—Bien —asintió. Y antes de salir del estacionamiento, Ethan me miró una última vez antes de hablar—. En serio, Anna, lo digo por tu bien. Solo mantente alejada de él, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —dije desviando mi vista a la ventana.

Le dije a Ethan que me dejara en el taller de Bob, ya que pasaría buscando la camioneta de papá, el asintió y todo el camino allá estuvimos en silencio.

Sweet Peril. (The Sweet #1) [EDITANDO]Where stories live. Discover now