Capítulo 32: Pequeños Incidentes

176K 10.4K 791
                                    

MENSAJE DE DESCONOCIDO EN MULTIMEDIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




MENSAJE DE DESCONOCIDO EN MULTIMEDIA


BLUE

           

— ¿Dónde estabas? –pregunta Dylan mientras me sirvo un vaso con agua tratando de recuperar mi aliento.

— Fuera. ¿Y Jamie? —le doy un gran trago, ignorando el hecho de que siento como si hubiera sido atropellado por un autobús.

— Se fue hace más de dos horas. ¿Qué te paso? –inquiere al notar mis heridas. No me debo ver muy bien, de hecho me siento horrible. No sé como es que sigo de pie.

— Larga... —tomo un respiro asentando el vaso en la mesita e café— Historia.

— Viejo, de verdad creo que deberías ir a un hospital. Te ves horrible

— Acabo de salir de un hospital hace como dos días. No puedo... estar... yendo


Intento moverme solo un poco para recostarme en el sillón, pero al hacerlo siento como todos mis músculos se contraen y como las heridas comienzan a arder por lo que gimo del dolor en voz baja.


— Te ves muy mal, Blue. De verdad creo que...

— ¡No iré a un maldito hospital, Dylan! –grito, mala idea porque nuevamente la oleada de dolor se hace presente en mi cuerpo.


Él simplemente me mira sorprendido y esboza una ligera sonrisa de compromiso, ¿qué le importa? Ni siquiera nos caemos bien.


— Como gustes, Blue. –musita cantado, me da la espalda y se pierde entre los pasillos.


Ya era hora de que me dejará en paz.


Tomo mi celular y le marco a Andrew, quien contesta al segundo tono.


— ¿Si, señor? –Bendita seas, Andrew.

— Andrew, recuerdas que de niño me contabas tus anécdotas de médico en Vietnam

— Por supuesto, señor.

— Necesito que vengas por mí, ¿tienes dónde apuntar?


JAMIE


Al despertar me doy cuenta de dos cosas.


1.- Faltan dos días para víspera de año nuevo

2.- Tengo mensajes del "Desconocido"


Decido leer los mensajes.


De: Desconocido 09:49

¡Buenos días! :D Estoy pensando severamente en agregarte a mis contactos de Whats App para que me salga gratis... Hmmmm


No tengo la más mínima de idea de quién es, pero tengo intenciones de saberlo.


No agrego a gente que no conozco. Ops


Sonrío ante mi mensaje y comienzo con mi rutina mañanera.


Escucho un horrible y agudo grito en la planta baja, después de unos segundos se intensifica— ¡Jamie!


Termino de atarme los zapatos y bajo de inmediato a ver porqué tanto escándalo.



— ¿Qué ocurre? –pregunto desde el borde de las escaleras y observando a Liz mirar un punto fijo en la pared.

— Jamie, no te asustes, pero hay algo en la cocina.

— ¿De qué estás hablando? –pregunto entre carcajadas. Sé que Liz es una reina del drama, así que camino hacia ella sin ninguna clase miedo.

— ¡Llama a los bomberos, Jamie! ¡Yo lo distraigo! –exclama mientras corre por mi escoba que se encuentra a un lado del comedor.


Al acercarme lo suficiente, lo veo y de inmediato siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Como por obra del destino el insecto asqueroso comienza a volar hacia mí y suelto un chillido –lo acepto- demasiado infantil.


— ¡Una cucaracha! ¡Mátala, Liz! ¡Mátala! –Exclamo mientras corro en busca de un refugio, agito mis manos en el aire para ahuyentarla, pero en vez de eso mis dedos rozan sus alas ásperas. — ¡La toque, Liz! ¡Toco mi mano!


No escucho ningún sonido así que miro hacia atrás y no veo a nadie excepto a la cucaracha pegada al techo.


— ¿Liz?

— ¡Aquí! –susurra agitando su mano.


Ignoro el hecho de que está debajo de la mesa y la miro.


— Camina lentamente hacia los cajones que están a tu izquierda. Saca el insecticida y tráelo hacia mí.


Liz hace lo que le pido y al momento de entregármelo se fue a esconder dentro del baño. Con mucho temor y cuidado alzo mi brazo lo suficientemente cerca de la cucaracha con ayuda de una silla y lanzo el insecticida. La cucaracha comienza a volar nuevamente y de inmediato bajo de la silla y comienzo a lanzar insecticida por todos lados.


— ¿Qué es todo ese escándalo? –pregunta Damien mientras se talla los ojos. Al verlo solo hay una palabra para ver lo que lo ocurre. Resaca.

— Cucaracha –explico con asco mientras me escondo detrás de unos cojines. Él suelta un largo bostezo.

— ¿Te viste en un espejo, otra vez? –dice con una sonrisa burlona.

— Vete al demonio. –digo enseñándole la lengua.


Después de un largo rato recibo otro mensaje de... ¡Oh que sorpresa! Desconocido


De: Desconocido 12:37

El punto es que si me conoces pero se me hace divertido mandarte mensajes. Apuesto a que piensas en mi todo el tiempooooooo ;)


De inmediato le contesto.


No tengo tiempo para pensar en ti. Ni siquiera sé quién eres, ¡Por Dios!


— ¿De qué sonríes? –pregunta Liz tumbándose encima de mi cama.

— De nada, un chiste que me acabo de acordar.

Aja. ¿Alguna novedad con tu admirador secreto? –ella sube y baja sus cejas mientras abre su laptop.

— No hay gran cosa. Sigo intentando averiguar quién es.

— ¿Por qué no le marcas y terminas con eso de una vez por todas? Apuesto a que tiene una sensual voz.

— ¡Liz! –exclamo riendo.

— ¿Qué? Una chica puede tener sus fantasías.—hace un mohín y chasquea los dedos.—Al menos que sea un pedófilo de sesenta años y te quiera raptar para sus necesidades personales.


Mi celular tintinea y eso significa que recibí otro mensaje, entorno los ojos ante el comentario de mi mejor amiga.


De: Desconocido 12:40

Y precisamente por eso piensas en mí. Quieres saber quién soy y apuesto a que eso te está volviendo loca. ¿La curiosidad te está matando no es así, princesa?


Él no tiene la más mínima idea.

Terriblemente Enamorado #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora