¿Me creerías si te dijera que hasta el chico más frío podría enamorarse? Porque yo no lo creía, toda mi vida vivi siendo independiente y a vivir con cierto estilo de vida. Ella era lo que necesitaba para vivir, mi luz, mi guía, mi tanque de oxigeno...
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BLUE
— ¿Vienes o no? —pregunto ya fastidiado de insistir. Drew estaba terminando la cita con Lidia pero habíamos quedado de ir a "Danger Crowd" para un juego de póker, ¿dónde ha quedado la hermandad?
— Mi papá está en casa. No me permiten salir.
— ¿Desde cuándo te importa lo que dicen? —pregunto alzando una ceja y riéndome en la línea de teléfono.
— Buen punto. ¿Pasas por mí?
— Desde luego, —sonrío— te veo en quince.
Cuelgo y tomo las llaves de mi Mustang y no, no es cualquier Mustang. Es un Mustang Shelby Cobra GT500 Super Snake, mi mayor orgullo y básicamente el amor de mi existencia.
JAMIE
Hace una media hora que mi tía y Fitz se fueron. Fitz estuvo actuando increíblemente raro pero realmente no me interesa. Parece igual que Blue, un idiota.
— Ok. Retrocedamos un poco, ¿Fitz está bueno o no? —pregunta Liz mirando a su cámara con sus ojos delineados y sus pestañas llenos de rímel.
— Liz —suspiro fastidiada de andar acariciando mis cienes cada vez que platico con ella.— . Ese no es el punto.
— ¿Tiene ojos claros? Nuestros hijos saldrían para morirse.
— Es un chico atlético de cabello rojizo y ojos grises. ¿Ahora podemos hablar de lo importante?
— ¿Te molestaría si anduviera con tu primo? Porque vamos, suena como todo un galán.
— ¡Liz, tú vives en Miami! —reprocho con la tentación de colgar la video llamada.
— Oh, pero no por mucho...
Abro los ojos de par en par y no puedo evitar sonreír ignorando mi coraje de hace unos momentos.
— ¿Qué? —pregunto incrédula
— Convencí a mi mamá de irme a vivir contigo. ¿Está bien?
Liz tiene tantas cualidades. Entre ellas impulsiva, toma decisiones a lo loco. No es que me moleste tener a mi mejor amiga viviendo conmigo pero no vivirá como cuando se queda a dormir. Ya no es invitada sino habitante. Eso quiere decir, ayudar en la casa y respetar las reglas en ella, que no son tantas pero aun así...
— Tengo que hablarlo con mi papá. Supongo que tu mamá también.
— Supongo —dice Liz encogiéndose de hombros restandole importancia.
Hubo un silencio debido a que Liz está comiendo ositos de goma pero el silencio es interrumpido por mi celular.
— Dame un minuto. —digo mirando a Liz en mi pantalla
— Tómate el tiempo que quieras, nena —dice Liz con las mejillas infladas debido a sus gomitas.
