Capítulo 23: Acosada

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Odio los lunes. Después de pasarme cuatro días retorciéndome de dolor no me apetece nada ir al instituto. Jacob no había dicho ni una palabra sobre mi repentina confesión mientras deliraba de fiebre. Se lo agradecía, ¿cómo le iba a explicar que jamás se hubiera enterado de eso si no fuera por la alucinación que creía estar teniendo? De hecho, aún no estoy muy segura de si paso o no.

Esta mañana, como todas, me preparo para ir al instituto. Me pongo una camiseta interior de encaje una sudadera roja, unos pantalones negros y unos botines. Miro por la ventana y me sorprendo al ver que está nevando. Siempre me ha gustado la nieve, me relaja ver como los copos caen. Voy al baño y me recojo el pelo con una coleta alta. Bajo las escaleras y me encuento a Jake mirando las noticias.

"Un barco pesquero se ha hundido cerca de las costas de la península Olímpica. Hasta ahora no han habido señales de supervivientes, las autoridades costeras temen que toda la tripulación haya muerto. Se cree que la causa podría haber sido una fuerte tormenta" eso dice el periodista. Mis músculos se tensan al instante. Un naufragio cerca de aquí, causado por una posible tormenta y sin ningún superviviente. Todo apunta a una causa especifica: sirenas. Los dientes me crujen por la furia. Está prohibido matar a humanos de esa manera, es cruel y llama demasiado la atención. Además de que esta injustificado. Solo hay un motivo por el cual hayan hecho eso tan cerca de donde yo estoy. Quieren llamar mi atención.

--- ¿Qué pasa? -me pregunta Jake girándose hacia mi confundido.

--- Sirenas. Eso es lo que pasa. Las causantes de ese naufragio son las sirenas -digo sin apartar la vista de la pantalla-. Quieren llamar la atención. Mi atención. Está prohibido matar a los humanos. Haciéndolo y de una manera tan llamativa me mandan un mensaje. No pararan hasta que me entregue.

--- ¿Cómo lo sabes? Puede ser una coincidencia. -dice Jake.

--- No lo es -dice Alice de golpe. Está entrando por la puerta que comunica con la cocina-. Hace unos días tuve una visión de esto. Atlanta está perdiendo los nervios. Poner precio a tu cabeza no ha servido de nada. Ha mandado un grupo integrado por sirenas y vampiros para que acaben contigo.

--- ¿Por qué no me lo habías dicho? -le digo.

--- Te recuerdo que estabas entre la vida y la muerte, no se tú pero no creo que fuera el mejor momento para darte una mala noticia.

Suspiro resignada, por mucho que me cabree tiene razón. Resoplo frustrada, no puedo dejar que las cosas sigan así.

--- Deberíamos irnos ya o llegaremos tarde -dice Mariam que ya se dirige hacia la puerta.

Asiento. Me acerco a Jake, lo tomo por los brazos y tiro de él para que se ponga en pie. No me cuesta nada. Salimos por la puerta y nos dirigimos al Golf rojo. Llegamos puntuales a clase, Mariam y yo nos separamos para ir cada una a su clase. Todo como si nada.

La primera hora es muy aburrida, demasiado fácil. Al acabar la clase me dirijo a mi taquilla la abro y cojo los libros para la siguiente hora. Al cerrarla me encuentro con Matt, el capitán del equipo de fútbol, que está apoyado en la taquilla contigua a la mía.

--- Hola preciosa -me dice.

Seguro que era lo que le decía a todas las demás antes de que calleran a sus pies. Pues lo lleva claro si se piensa que yo seré una de tantas.

--- Hola Matt -digo.

Me importan un pepino las cortesías, un chico que juega con las chicas no se las merece.

---Disculpa tengo clase y no quiero llegar tarde. Así que... Adiós.

--- Te toca Historia, ¿verdad? A mí también ¿por qué no vamos juntos? -me dice.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Where stories live. Discover now