Otra vez la condenada lamparita

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-¿Guacamole y atún? Es el peor nombre que he escuchado- dije aun recostado, la magia de Laila estaba haciendo su trabajo, así que mi peculiar y estúpido sentido del humor estaba volviendo.

-No lo arruines- dijo Laila

- Wakboonil áactum significa "Cueva de Seis Colores"- me corrigió Yara -Es un tubo de aire que nos llega a la entrada de la Sede, se forma con el poder de los guardianes Agua y Viento. Ellos también crearon el poderoso Ma'iit-

-¿Quién?- pregunte

-Es el nombre del remolino.- dijo Alain con calma -La fuerza de su corriente forma ese embudo, con la magia de la Sede podemos usarlo como entrada o salida, dejando que el barco navegue por el flujo de agua, si queremos entrar la corriente fluye hacia adentro, cuando queremos salir, la corriente se mueve hacia afuera-

-Y cuando la corriente deja de ser mortal, llegamos a este punto, este es un rio acuático y lo llamamos así en honor a la Sede. Ya sabes, Sede de los seis espíritus, cueva de los seis colores- dijo Edwin

-La verdad es precioso, no me canso nunca de la vista- dijo Laila mientras me curaba un feo cardenal en el brazo

-Puedes apostarlo- dije mirándola.

El agua seguía moviéndose en espiral, pero ahora el barco avanzaba en línea recta por en medio del "tubo de aire" como lo llamo Yara (aunque como les dije antes, era un tubo de agua), estábamos dentro de un cilindro y lo que nos envolvía era nada más y nada menos que el mismo océano. Estábamos completamente rodeados por el mar. El embudo que me había tragado se había ensanchado hasta tener el tamaño de un gran rio, pero eso no era lo impactante. Lo impactante era todo lo que podías ver. Si el remolino Ma'iit sobrecogía por su poder, esta "cueva" lo hacía por su belleza.

Toda la vida marina se mostraba ante nosotros en su gran esplendor, bancos de peces multicolores nadaban a toda velocidad por encima y debajo de nosotros. Un enorme calamar solitario paso por encima impulsado por sus tentáculos, ¡era tan grande que bien podría ocupar casi la mitad de la cubierta del buque!

A medida que avanzaba, más y más especies iban apareciendo. Los peces espada eran asombrosos y era increíble ver como un tiburón perseguía un banco de lo que parecía atún.

"Aunque jamás vi un atún de ese tamaño"

Grupos de medusas vagaban de un lado a otro, brillando de formas sutiles y hermosas.

Tiburones, barracudas, peces espada, atunes, focas, delfines, morsas, etc. La biodiversidad que veía era simplemente asombrosa.

-No encontraras un lugar como este en ningún otro lado- dijo Alain ayudándome a sentarme para que Laila tratara mi espalda (algo que agradecí como no tienen idea) -La magia en este canal es tan antigua y tan poderosa que permite que tantas especies distintas convivan-

Un oso polar y su cachorro nadaban con tranquilidad mientras un grupo de peces tropicales bailaban alrededor sin temor al peligro.

-¡Este lugar me encanta! El océano es maravilloso, esconde tanta vida y tantos secretos- Me dijo Laila, y realmente sonaba emocionada -Aquí podemos ver una pequeña muestra de todo lo que oculta-

-El mundo aún tiene muchas maravillas hermosa- dije sin pensar. Laila y Yara me sonrieron, Alain asintió.

-Eh miren que aquí tenemos a todo un poeta- se mofo Edwin, quien seguía con los ojos a algunas mantarrayas que se acercaron a la corriente y sacaron las aletas en el borde de agua -¡Hey miren, nos están diciendo hola!- y comenzó a saludarlas entusiasmado.

La brisa era salina y limpia, aunque respirar era un poco pesado, la vista lo compensaba. Para cuando un banco de peces voladores salto de un extremo a otro del túnel Laila estaba terminando su magia curativa. Cuando una ballena azul, que me hacía sentir del tamaño de un juguete, paso por debajo de nosotros y nos salpico para respirar, ya se me había olvidado que casi me había muerto hacía aproximadamente una hora atrás.

GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora