Cuatro elementos

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Mis hermanas se habían desmayado, pero estaban vivas y a salvo, así que no era realmente malo, de hecho considerando que la otra opción era ser comida de perro-lobo. Me parecía genial. Mis padres estaban libres y podían pelear nuevamente. Si, ellos iban a defender a mis hermanas pasara lo que pasara. Mi familia estaba en paz, podía morir tranquilo, así que no importaba que el asqueroso hombre lobo sobre mi estuviera a punto de usar su garra para asesinarme, el sacrificio estaba bien si era porque mi familia se salvara... sí, claro, yo iba ser así de noble.

"No me jodas, No quiero morir".

Me concentre en la arena a mi lado y cree una columna que desviara el ataque mortal del lobo, la garra se hundió en la arena.

"Buena noticia, estoy vivo. Mala noticia..."

-AAAAAGH, infeliz- Bien una columna de arena te salva la vida, pero el dedo meñique en forma de garra de un macho beta hombre lobo bañista te podía rebanar fácilmente un trozo de oreja.

-DUELEEEEEE- Lo dije con fuerza, y una ráfaga de aire lo hiso echarse hacia atrás.

No me lo quitó de encima, para nada, de eso se encargó uno de los látigos de fuego de mi mamá. Estaba tan enojada que el calor que desprendía me asfixio por un momento. La feroz llamarada estallo de lleno en el pecho de Arisu, pero más que quitármelo de encima, lo había arrojado un metro atrás.

"Nunca había notado el parecido de mi mamá con El vengador fantasma, la primera película fue buena, la segunda mmm no me convencido mucho..." si increíble las cosas que pensamos en los momentos más críticos de nuestras vidas.

-¡¿Qué le haces a mi bebé?!-

"Beb... ¡Mamáaa!"

-Deja...a mis...hijos... en... paz- Cada palabra era un latigazo. El pecho y los brazos de Arisu humeaban y se quemaban frente a mis ojos, cada ataque dejaba su piel en carne viva y el siguiente golpe llegaba antes de que pudiera sanar.

Nuevamente de pie, vi como mi papá había puesto a Belén junto a mi otra hermana, a la entrada del hotel, por la puerta que hice con mmmm ya saben, el proyectil de arena. "Debería intentar unirme a la liga de soccer"

-Maldita mujer-

Mi mamá había tomado la muñeca del lobo con un látigo, la que humeaba de forma muy poco natural y soltaba un curioso olor a carne a la parrilla, y con la otra tenía preparado el látigo.

-No volverás a amenazar a mi pequeño, él es mi niño y no dejare que lo molesten-

"Mamá..."

-Dejaras a mi nene tranquilo-

"Ma... ¿yo que te hice?"

Típico, siempre puedes contar con que tu progenitora te humille enfrente del hombre lobo asesino despiadado.

Ella hiso desaparecer el látigo y levanto la palma... unas flamas negras emergieron, cada una del tamaño de una moneda grande, como si hubiera encendido un cerillo por dedo. La vos de la Dra. Pena vinieron a mis oídos "...flamas negras...dolor..."

-No molestes nunca más a mi changuito cachetón-

-¡Maaa!- Exclame. No debí hacerlo.

El látigo desapareció de la mano de mi madre, que me miraba preocupada, probablemente pensando que alguna cosa intentaba comerme o algo similar y Arisu se lanzó contra ella.

-¡CUIDADO!-

Mi madre evito el zarpazo que Arisu intento asestarle a una velocidad sónica, sin embargo no pudo evitar que este la tacleara y la enviara volando varios metros sobre la playa. La quemadura del antebrazo del hombre lobo sanaba a plena vista, pero...

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