capítulo: 14

560 97 22
                                    

La noche fue tranquila,  estuvimos comiendo en el coche ya que a mi no me gusta comer en sitios llenos de personas, entre menos gente mejor. El no se negó en lo absoluto sólo se quedó en el auto mientras yo comía, fue tierno de su parte. Ahora me encuentro viendo muñecos animados en la tele, y para ser más cómicos, estoy viendo a peppa la cerdita.

Escucho como tocan mi puerta, no quiero levantarme a sí que sólo digo en voz alta que abran la puerta.

-¿qué increíble no? -. Es Gabriel el púlpito. - la señorita peppa viendo a peppa.

-ja, ja ja.- utilizo mi sarcasmo.- ¿mi madre te dejó entrar?.

- si, al parecer iba de salida.- o sea que me dejó sola con este pulpo.

-de seguro fue a comprarme que comer.- digo mientras me pongo boca a bajo.

- ¿ella? ¿a tu?.- dice mientras se sienta sobre mí bella y cómoda cama.

-¿ves mal que ella me compre comida?.

- eres una vaga.- que lindo de su parte

-¿a qué has venido?.- si cara es de admirar.

-¿me estas votando?.- en realidad no lo hago, sólo quiero saber a qué vino.

- no.

-¿vamos de compra hoy?.- lo que me faltaba.

-No.

-sí.

-No. - esto no va allegado a nada,

- si.

- si. - da un salto de marica.- ¿qué pasa si alguien te ve en una tienda de chicas?.

-simple, estaba acompañando a la vecina, peppa.

-ok.

-necesito que necesites un celular.- ¿alguien lo entendió?

-necesito cambiarle el número ya que me cambié de país.

-dame el teléfono y te lo devuelvo en un rato, te lo devolveré con un número de España.- no me niego y se lo doy.

-¿ya te vas?.- lo veo pararse de la cama.

-¿quieres que me quede?.- ¿que hago?

》dile la verdad, estamos en confianza. Pelotuda. 《

- si.- lo digo en un susurro que dudo que el haya escuchado.

-¿cómo dices que dijiste?-. Lo está haciendo de pura maldad.

-¡que sí!.

-vale, pero dame un lado.- me echo para otro lado dándole espacio.

Se acuesta a mi lado, lo hace boca a bajo como yo. Toma una de mis almohadas redondas y repuesta su cabeza en ella. Lo siento mirarme pero no le hago caso, des pues de todo el sigue siendo un hombre aún que su gusto no sea tal de ello. Lo siento dormido y es cuando aprovechó por primera vez a mirarlo fijo.  Tiene los pómulos marcados, su nariz es recta y respingada, totalmente fina y roja, sus cejas son de admiración, bien alineadas y perfectas, sus pestañas son tan largas, su  boca.. sus labios son gruesos y se ven suaves desde lejos, muy rosados y delineados. Sobre cargo mi cabeza sobre mí mano, ahora lo veo mejor. Cuando estoy a punto de tocar sus mejillas la puerta se abre.

La cara de mi madre es total de sorpresa,  impacto. Y ¿cómo no estarlo?.. estoy con el chico más guapo y rico, hijo de un empresario, acostado en mi cama y yo deleitándome con su fina belleza. Cierra la puerta como si nunca hubiese visto nada y yo decido salir detrás de ella, intento hacer el menor movimiento posible para que no despierte.

-¿qué estás pensado? -. Ahí está la gran sonrisa del gato.

-nada.- dice como una niña pequeña escondiendo algo.

-¡mamá!.- esto es tan vergonzoso.

-¿qué?-. Me pregunta sonriendo.- ¿te gusta?

-¡no!, no es como crees.- alego. - somos buenos amigos.

-¿en serio?.- asiento.

-pero si estabas a punto de besarle?-.¡yo!

-¡¿qué?!.- juro por el dios sagrado que yo no tenía intenciones de besarle.

-te vi.- dice con cara pícara.

- no es así,  sólo lo miraba.

- menos mal que sólo le mirabas la cara.-¿qué más le podría yo mirar?.

》mente de lechuga, mente de lechuga.《

-no voy a seguir con está conversaciones. - digo irritada.

Subo de nuevo y lo veo durmiendo profundamente. ¿no durmió en toda la noche?. De pronto lo veo despertar y su cara adormilada es de ternura.

-¿llevo mucho dormido?.- niego.

-unos minutos solamente,  puedes seguir durmiendo si gustas.

- no, además nos vamos de compra.- dice mientras pasa su mano por su cabello despeinándolo.

-vámonos entonces.

{}

Miro la tienda y es hermosa, hay ropa de todo tipo. Miro ambas chicas que están en recepción como lo miran, el no le presta atención a ninguna de ellas, sólo mira la ropa.

-¿alguna vez te has imaginado con ropa de mujer?.- su cara de terror.

- ¡no!, me gusta mi sexo, no es que sueño con vestirme como mujer.

-ok.- ¿para qué estamos aquí?.- ¿por qué estamos aquí?.

- para comprarte ropa.

- no soy una mendiga.

-¿sabes cuantas quisieran que un chico guapo con preferencias gays las invitara comprar ropa?.

-ese no es el caso.- me callo cuando veo que una chica se nos acerca para preguntaron que tipo de vestimenta queremos, el responde que la buscará el.-¡¿tú?!.

-déjalo en mis manos, peppa.- y se va a buscar ropa.

Luego vuelve con muchas cosas en la mano, según el lo que me voy a probar. Empiezo metiéndome en el vestidor, ¿por qué eligió un bikini?.. está loco si cree que me probaré eso y se lo mostraré. Abre la cortina sin preguntar y suelta un pequeño grito de emoción. Ansiedad es lo que tengo, nadie me había visto vestida así.

-te queda tan bien..

-ajá.

-date la vuelta, por que si no, no estamos en nada.- doy la reverenda vuelta y el parece un pequeño emocionado por un juguete nuevo que le han comprado, y al parecer yo soy el suyo.

- búscame más.- le ordeno.

-te queda un bikini.- me hace seña con su cabeza.

- no me pondré eso para mostrártelo.- no digo más cuando ya estoy poniéndome el dichoso bikini.

Salgo y el me da una mirada. Cuando digo esto, me refería a que es una mirada completamente diferente a las de siempre, está vez es una de hombre. No de un chico homosexual que le gusta su mismo sexo, está vez veo a un hombre que le encantan las mujeres y que me está dedicando  esa mirada a mí.

curvas ©Where stories live. Discover now