capítulo: 3

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¿saben que odio? Que la luz del sol me haya despertado por la mañana, el sol es cruel. Miro las plantas que mi mamá siembra a lado de Manuel, la casa tiene un lindo jardín, pero ni hablar de la que está al lado de nosotros. Esa si que es una casa de lujos, sin contar que hay autos muy lindos fuera de ella. Veo una mujer salir de allí, viste elegante. Desde ahora seré la vecina chismosa de la cuadra. También veo a un niño salir.

Sigo mirando hasta que se va esa mujer con el niño. Luego veo como sale un chico. ¡vaya Dios mío!, ese si que es un cliché. Pelo más o menos largo, bien peinado. Un cuerpo de infarto como dirían aquí mis amigos imaginarios, no sé por qué mirada giró la cabeza, pero ahora veo como mira hasta acá y es más adonis de lo que imaginaba.

-¡hola vecina!-. El gran saludo me asusta hasta punto de resbalar con la cortina y caer como un hipopótamo. - ¡¿está bien?!

Lo escucho gritar, no respondo, ¡que vergüenza!. Decido seguir haciendo lo que estaba haciendo, eso da igual a nada. Entra mi madre llena de vida a ver que me pasa.

-¿estas bien?, el vecino me dijo que te caíste.

-estoy bien, sólo miraba por la ventana y ya.

-vamos a presentarnos, ¿quieres venir?.- niego

-vamos a socializar un poco.- niego.- si no vas, no te compro pollo por una semana, puros vegetales.

Me pongo una sudadera bastante grande que tengo y la sigo. Los vecinos de la casa de lujo están aquí. Hago seña con mis manos en forma de saludo. Todos empiezan a hablar de universidades y ese tipo de cosas y en eso cae un tema de conversación conmigo.

-¿anteriormente en que universidad estudiabas?-. Me pregunta Manuel, todos esperan una respuesta, cuando hablo de todos hablo de los vecinos ricos. Sólo que el modelo que me hizo caer no está.

-Mehmet, digo y el asiente.

-pues, el señor mirabar nos oferta que vayas a su Universidad. - sabía que era río, un millonario el viejo.

-encantada.- en realidad no lo estoy, sólo no quiero que me maté mi madre después de esto. Según ella, ese señor es el jefe de Manuel, nada más y nada menos que el vecino.

- no se hable más, Mañana entras.-

-claro.

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Pasan las horas mientras que yo intento regar bien las plantas que sembró mi madre. Odio tener que hacer esto, la suerte es que casi nadie sale a fuera y mantienen sus puertas cerradas. Pero tenía que venir el a dañarme el momento, a que en vez de regar las hojas me regara yo.

-¡hola!

-¡mierda!. - es lo que digo cuando ya estoy toda empapada de agua. Mis ojos asesinos lo miran, pero parece no afectarle por que se está riendo en mi cara.

-me llamo Gabriel, y ¿tu?.

- ahora me llamo señorita empapada, por culpa suya.- ni es tan viejo para que le hable así, pero tan poco se ve tan joven. - ¿siempre saluda así?

-¡vaya!-. Dice con acento español.- ¡pero que monada tenemos!, ven a ver a la vecina, Nico.

-¡hola!-. ¿por qué me siento aterrorizada?.. Es como si ellos vieran a un extraterrestre y estuvieran emocionados por ello.

-hola..-

Se van como si nada ¡pero que rareza!, sigo en lo mío pero veo entrar al modelo a mi casa. Dejo todo donde estaba haciendo y vigilo la venta de mi nueva casa desde a fuera, Veo como le entrega algo a mi madre, me huelen a pasteles recién calentados. ¡Dios!, tu si que sabes iluminarme con tan maravilloso olor, entro como perro olfateando la casa.

-¿qué es esa maravilla?-. El parece sonreír.

-vez, te dije que vendría de inmediato. - acaso me puso a prueba con este..

-espero que les guste, mientras estaré en casa. Si necesitan algo no duden en llamarme.

Ignoro todo lo que dice y me dirijo a los pasteles que el trajo, ya no me desagrada tanto. Siento el olor entrar por mis fosas nasales, mi madre me golpea la mano cuando voy a tomar uno de ellos, mi cara de perro arrepentido es de admirar, soy una dramática total, lo sé.

- limpiarse las manos primero.

Lo hago corriendo, es que es tan delicioso es olor. Desde ahora lo nombro mi favorito. Empiezo a comer como si no hubiera un mañana, algo más perfecto que esto no puede haber.

-mañana irás a la universidad, tenemos que comprarte los útiles.

-ok.-

- que te pareció el vecino.

-simpático, demasiado.

-lo es. He hablado con el y me ha dicho que el también está en esa universidad, como es de su padre.

-ajá.

-deberías juntarte con el.

-¿para?.

-ya sabes, es bueno que conozcas personas nuevas.

-¿en serio?-.no entiendo a donde quiere llegar, pero le estoy siguiendo el juego.

-tal vez el te presente algún chico y puedas por primera vez en la vida experimentar lo que es el sexo. - la paro.

-tranquila vaquera, para ahí. ¿acaso quieres que viole el vecino?.- sonríe, parece más una amiga que mi madre en este momento.

- no, sólo te pido que te dejes llevar por la vida. No vas a ser virgen por siempre. Tienes que conocer personas, dejar de dormir, comer, incluso leer para socializar.

-ajá.

-Manuel quiere llevarte a comer algo esta noche. ¿podrías por favor aceptar sin protestar?.- en realidad sólo está perdiendo el tiempo por que sabe que cuando se trata de comida nunca digo que no.

-si, ahora me cambio.

-también quiere que vayamos ambas de compras.

-¿Te pondrá ama de casa o que?.

- no. Sólo quiere vayamos a comprar ropa y ese tipo de cosas, de chicas.

-y patatas.

-si también patatas, sólo quiero que estés lista. - agrega.- nos vamos en una hora, alístate.

-si, si. Ya vete.

-ponte algo menos decente ¿quieres?.

-salgo desnuda o ¿qué?.

-olvídalo.

-ya lo hice. - le grito mientras que ella suena la puerta por cerrarla tan fuerte.

curvas ©Where stories live. Discover now