capítulo: 8

707 106 11
                                    


Hoy tampoco hay clase. Nos dan dos días libres de la semana, ya sea para estudiar, practicar o cualquier cosa. Me he tomado el día para leer un poco, tengo ya un tiempo leyendo un libro y aún no le he terminado por culpa del viaje, ahora leo ya el último capitulo el cual me tiene decepcionada ya que el protagonista murió.  ¡¿a quién se le ocurrió?!

》¿a quién, boba?《

Esa es otra cosa que odio de mi, mi maldita subconsciente que me habla como si fuera una pura mierda. No de que me duele más. Si que muriera el protagonista o que no haya comido nada en el día. Yo debería estar comiendo, pero no. Aquí estoy sufriendo sentimientos ajenos, como si yo fuera a hacer algo con el jodido libro. ¿cómo es que hieren los sentimientos así como así?, ¿acaso no tienen compasión?.. si hablamos de compasión,  el que no tiene nada de eso es el papá del púlpito. 

No puedo negar que ni me dolió, una parte de mi se quedó totalmente igual, pero otra parte de mí  se siento mal. (Soy una maldita loca, acéptenme como soy, bitches). Pongo mi libro en mi mesa de noche, junto a los demás libros que he pedido y salgo para comer algo. Hoy he rompido el puto récord,  no he comido desde está mañana, no me he desayunado hoy, no se si sea algo malo pero no me agrada.

-lamento irme sin decirte nada, se nos hizo tarde.- dijo mi madre.

-¿dónde estabas?.

-estaba arreglando unos papeles que tenía vencidos, entre ellos habían unos cuantos de los tuyos.

-¿en qué andabas?.- estoy haciendo muchas pregunta, lo sé.

-andaba con Manuel,  el me está haciendo los transmite para conseguir la licencia de conducir de aquí. - vamos por buen camino.

-solo falta que te compre un coche.- su cara me da la espina de que se quiere reír.

-eres una ambiciosa.

- lo soy.- no lo niego.

Escucho como tocan la puerta, mi madre me mira esperando a que abra, pero no lo hago. ¿por qué yo? ¿parezco sirvienta?

-no sirves para nada.- le sonrió cuando va a abrir la puerta.

-Hola vecina. - si no me equivoco esa es la madre del púlpito.

-Hola, ¿cómo está?.- mi madre es la mujer más amistosa del mundo, lo contrario a mi.

-muy bien, es para invitarle, vamos a ser un asado en el jardín. - mi madre no se niega.

Yo no voy, ¿para qué?. Como quiera no voy a comer por que me da vergüenza hacerlo en frente  de las personas. Lo más que puedo ver son viejos y más viejos. ¿busco algo yo ahí?, no. Para nada. Mi madre me  mira como si supiera que me voy a negar inmediatamente, y es lo que hago. Niego con la cabeza, no pienso ir a esa casa.

-vas a ir, si o si.- ¡coño!

-¿por qué? ¿por qué eres así?  ¿qué te he echo yo para sufrir esto? ¿que pretendes que haga con esos desconocido?.- rueda los ojos.- ¿acaso quieres que muera?.

-deja el drama, vas a ir y punto.- que la tierra me tragué y que me vomite  en Dubái,  señor por favor.

{}

Si, me he lavado la cabeza, para ser sincera ya me picaba mucho. Ni es que sea ducha,  claro que no. Es que no me apetecía mojarme el pelo. Busco mi ropa más holgada y me la pongo. Me hago una coleta bien alta ( como siempre) y decido salir de mi cuarto. En esa veo al maldito puto de mierda entrar a su cual, el cual se encuentra al lado del mío, es Joaquín. Me mira por algunos segundos y decide entrar, yo le he regalado y más perfecta mira asesina por su puesto, no es de quedarme casi,  ni que fuera monja.

-ya estoy lista.- le digo a mi madre, la cual veo poniéndose cremas entre sus piernas.

-¿por qué siempre tienes que ponerte esa ropa?.- me tiro a su cama como una gran bolsa de papas.

- me veo bien como quiera.

-admiro tu autoestima tan alta.

-¿debería estar baja?-. Ella niega, termina de ponerse sus tacones.- ni que fueras a visitar al presidente.

-déjame tranquila.- ¿ yo? ¿dejarla tranquila?.. Ni queme mundo se acabase.

-¿podemos irnos ya?, quiero ir y que se acabe esa mierda ya.

-aun no hemos ni entrado y tu ya deseas que se acabe, que linda.

{}

Los veo platicar mientras que yo estoy aquí,  muriendo. Esa carne asada me está llamando,  juro que me la quiero comer.  Pro mi vergüenza está antes que todo, mi corazón se oprime en cada mordida que le dan a esas hermosas costillas. ¿Dios?  ¿qué he echo yo para merecer esto?, veo como llega el púlpito, junto a una chica. Empiezo a pensar con mi mente maniática , pero luego recuerdo que su padre no acepta su homosexualidad y por eso trae chicas a su casa.

-hola..- dice la chica, para ser sincera. No me agrada.

Todos saludan, yo hago el intento. Se sientan y yo sigo mirando la carne asada, lo miro de reojo y el se percata de eso por que lo veo sonríe,  idiota. Estoy segura que en sus adentros está loco, o loca, por decirme "Peppa pig". Idiota.  Cuando veo que todos se alejan para charlar, tomo una,  en realidad, varias costillas en un plato y me dirijo a casa, cuando voy a en la salida escucho una gran risa, esa ya la conozco.

-¿really? -. ¿por qué siempre aparece en momentos inoportunos?.- ¿hace rato que te querías comer eso, cierto?.

- No creas, en realidad esto p-pa-. ¿qué digo? -. Para el perro.

No sé cómo me hago pero salgo corriendo con mi plato de costillas en mano, ¿acaso creían que se la iba a dejar?,  se equivocan. Yo daría mi vida por esa rica y deliciosa costilla asada. El olor inunda mis fosas nasales, ¿hay algo más rico que esto?.. no lo creo. Ni terminó de llegar cuando ya me estoy metiendo un trozo de carne a la boca.





curvas ©Where stories live. Discover now