Capítulo 45.

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No sé cuantas embestidas fueron, pero yo lo sentí eterno. Trataba de buscar un apoyo, un soporte que aguantara la fuerza que emanaba de mis uñas, pero la espalda de Justin se llevó la peor parte. Él hacia alguna que otra mueca de dolor, pero todo lo que había en la habitación, eran risas. Risas de como a mí me daba verguenza todo esto, y el momento que nunca pensé que iba a vivir acá, de verdad estaba pasando. 

Creo que nunca grité, o al menos yo no me escuché. Solo sentía ese pequeño pellizco que dicen que experimentas cuando tienes tu primera vez, pero de verdad: dolió bastante. Quizá porque Justin era muy bruto en sí, pero no podía decirle que parara o algo por estilo. Al fin y al cabo, yo también lo estaba disfrutando. 

—Te quiero.. —Exclamó él cerca de mi oído en un pleno susurro ahogado entre jadeos. 

Yo solo me limité a abrir los ojos, y encontrármelo empapado de sudor con restos de pintura por todo su cuerpo. Traté de acariciar algo más que no fuera su espalda, pero en la posición en la que estábamos se nos hacía muy complicado andar con malabares. 

En pleno silencio, escuché un ruido. Y no un ruido cualquiera, sinó el chillido de una puerta abriéndose y personas murmurando. ¡Habían llegado! Por Dios, los demás ya habían vuelto de la fiesta, y por como dejamos a Nikki hecha una furia cuando Justin no le abrió la puerta, de seguro si nos descubre en esta, me devuelve a Argentina con un puñetazo en el ojo. 

Golpeé a Justin en la espalda, pero al parecer no hizo falta porque enseguida se detuvo para escuchar.

—¡Mierda!—Dejó salir en susurros mientras trataba de incorporándose alejándose de mí. 

—¿Qué vamos a hacer ahora? —Le pregunté mientras acomodaba mi pelo y jadeaba como un perro.

Vaciló por unos segundos mientras se deshacía del condón y lo arrojaba en el tacho de basura de mi cuarto. Se colocó los boxers mientras yo trataba de buscar mi ropa interior. 

—Voy a salir por la ventana. Si vienen aquí y preguntan por mí, diles que me quedé... ¡no sé, inventa algo! —Se colocó su ropa y salió disparado hacia la ventana.   

Yo me puse mi ropa interior y como no encontraba mis shorts y la camiseta la había perdido en la fiesta mientras Justin me pintaba el cuerpo, atiné a tomar mi bata que estaba sobre el escritorio para cubrirme con ella. Nos rozamos en un beso corto, y Justin salió por la ventana, haciendo todo el esfuerzo posible por mantenerse en el borde del balcón. La reja lo resguardaba de alguna forma, pero tranquilamente podría resbalar y tendría una caída de más de diez pisos. 

—Ey, ___________. —Nikki apareció en el umbral de la puerta. Y ni siquiera sabía como había abierto la puerta. Quizá Justin se había olvidado de ponerle cerrojo desde el principio, ¡Dios!.

—Hola, Nikki. —Titubee dándome la vuelta y tapando con mi cuerpo el marco de la ventana. Sé que era muy obvio, pero mi corazón estaba a punto de desbocarse en cualquier momento. Apreté las manos fuermente sobre la parte de atrás de mi bata, mientras le rogaba a Dios que me mande una ayuda. 

—Noté que te fuiste antes de la fiesta, ¿estás bien? —Preguntó amablemente. No podía dejar de reprocharme en mi cabeza que Nikki no tenía la culpa de nada. 

We can't. {Justin&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora