Capítulo 12.

1.2K 30 4
                                    

El calor ya me empezaba a incomodar. Sentía el sudor recorriendo mi espalda y mi nuca. Nunca me había molestado mas que ahora, el cómodo placer de dormir. 

No me quedó mas remedio que abrir los ojos y sorprenderme, al encontrarme en otra habitación. Ah, sí. Ya lo había recordado: Justin se encontraba durmiendo en mi cama, luego de volver borracho a casa y aparecer en mi cuarto.

Me desperecé y traté de incorporme. El calor era insoportable, y la más mínima bocanada de aire me podría salvar de aquel infierno.

Ya está. Me levanté de la cama, y me tomé un rato para analizar las condiciones de la habitación.

Era como la mía, pero mas lúgubre y sin nada fuera de lugar. Por ejemplo, ya había pasado unos pocos días en este país, y en mi cuarto ya podías encontrar ropa desparramada por todo el suelo, y mis cosas personales revueltas sobre el escritorio.

Allí no hallaba nada fuera de lugar, pero para ser mas claros, no había nada. Solo estaba la cama, el escritorio, y en un rincón se encontraba un pequeño bolso mediano, de donde se podía ver escasa ropa informal. 

Fruncí el ceño. Se veía como cualquier cuarto de un chico de su edad. Justin era lo bastante inteligente como para no tener que llevar nada de más cuando se fugaba de su casa. Una buena técnica que al parecer ya había implementado un par de veces. 

Suspiré y acomodando mi cabello a la vez que me alisaba la ropa, me encaminé hacia mi cuarto, con la intención de buscar ropa para cambiarme, y sin tener que admitir, ver si Justin ya había despertado. 

Nadie se veía por el pasillo, y el sentido era que antes de salir de la habitación no me había fijado que hora era en el reloj de la pared. Tenía que haber sido muy temprano, o demasiado tarde para que nadie estuviese en casa. 

Cuando abrí la puerta de mi cuarto, tuve que sofocar una risa, porque Justin dormía todo despatarrado sobre mi cama abrazado a una de mis almohadas favoritas. 

Su boca estaba ligeramente abierta, dejando salir unos leves ronquidos que no me parecían para nada molestos. Al contrario, le hacían parecer demasiado tierno. 

Moví la cabeza, dejando salir ese pensamiento enseguida. Yo estaba aquí para una cosa, así que me dirigí hacia mi armario, con el propósito de tomar una muda de ropa, y encaminarme hacia el baño. No podía cambiarme aquí. 

—¿Ya has venido a espiarme? —Me dijo una voz detrás mío cuando me inclinaba para tomar mis sandalias favoritas. 

Me giré rápidamente, viendo como Justin seguía en la misma posición, pero esta vez con los ojos entreabiertos y con una sonrisa en su cara. 

—Solo estaba buscando ropa. Nada más. —Traté de decir aún sorprendida. Levanté la ropa que tenía en la mano con la intención de que se diera cuenta que definitivamente no estaba espiando. 

—No me molesta de todos modos. —Dijo entre risas. 

—¿Qué cosa? —Pregunté frunciendo el ceño. 

—Que me espíes. —Contestó sonriendo con picardía. 

Tragué saliva, y enseguida puse cara de pocos amigos. Tomé mi gorro de lana que estaba a mi lado, sobre mi escritorio y se lo arrojé en la cara. 

—Ni siquiera sé porque traes un gorro de lana. ¡Estamos en verano! —Me gritó mientras yo iba saliendo a toda prisa del cuarto. 

Me había puesto muy incómoda, maldita sea. Así que me dirigí directamente hacia el cuarto de Justin, en donde había dormido en la noche, y me cambién allí nomás. 

Nunca pensé que pasaría, pero la puerta del cuarto se abrió y Justin se quedó sorprendido en el umbral. 

Con toda la mala suerte del mundo, yo aún me encontraba en ropa interior, con la camiseta puesta, pero el short a medio camino entre mis piernas. 

Enseguida me puse roja totalmente. Solté un pequeño gritito, y me terminé de subir los shorts rápidamente. 

—¡Perdón! —Fue lo único que logró decir Justin al verme en paños menores. 

—¡Idiota! —Dije abrochándome los shorts. 

—Perdón, no sabía que habías decicido cambiarte aquí. —Sonrió hacia un costado, y ni siquiera se tomó la molestia de apartar la vista. —Lindo culotte. —Frunció los labios aprobándolos. 

—Callate y sal del cuarto, ¡ahora! —Grité y le lanzé con todas mis fuerzas una zapatilla mientras él cerraba la puerta antes de que le golpiase la cara. 

Fue el peor momento de mi vida. Mi primo al que acabo de conocer me había visto en ropa interior. 

Creo que desde ahora no podría mirarlo nunca más a los ojos. Aunque ahora vive con nosotros. Esto sí que es un reto. 

We can't. {Justin&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora