Cuando llegamos hacia el rincón en donde te pintaban, la chica me sonrió de lado y me tendió un pincel en forma de pregunta. Quizá me estaba diciendo si lo quería hacer yo misma, así que asentí y se lo arrebaté de la mano. Ella se dió media vuelta y se concentró en otra chica que había llegado después que nosotros y también quería pintarse.
Justin arqueó una ceja. —¿Quién va primero?
—¿En dónde lo quieres? —Pregunté haciendo caso omiso a su pregunta obvia.
Justin rió y enseguida comenzó a quitarse la camiseta. Yo me quedé atónita pero enseguida supe para qué lo estaba haciendo. Él inclinó su cabeza hacia abajo, asintiendo hacia sus pectorales. Mientras tragaba saliva lentamente, me acerqué a Justin con el pincel empapado en pintura flúor color verde. Comencé a trazar algunas lineas indefinidas y luego con lo que me sobraba de pintura en el pincel, salpiqué varias gotas sobre su pecho. Justin sonrió satisfecho y luego se dio la vuelta. Me indicó que le dibuje una Argentina de un tamaño considerable que le ocupara toda la espalda. Yo me sorprendí pero enseguida me puse a trabajar. Cuando terminé, le manché las mejillas con la pintura que sobraba, y reía mientras le pasaba el pincel.
En ese mismo instante, Justin se quedó de pie frente a mí, vacilando con el pincel en la mano. Es que yo ya me había deshacido de mi camisa mientras él mojaba el pincel en la pintura. Enseguida se acercó a mi pecho y comenzó a dibujar trazos extraños. Se percató en todo momento de ni siquiera rozar mi piel, o al menos tocar por accidente mi ropa interior.
A mi parecer, se tardó mucho pero cuando terminó, se acercó a mi rostro y besó mi mejilla.
—Listo. —Susurró en mi oído.
Nos despedimos de la chica que pintaba, y nos dirigimos hacia el medio de la pista. Justo estaban pasando una canción estupenda, que hizo a todos comenzar a saltar desaforadamente. Justin y yo nos tomamos de las manos para no perdernos y comenzamos a saltar siguiendo el ritmo. Es que no sabía como se bailaba este tipo de música, así que solo deje que él me guiara.
—¿Vamos a tomar algo? —Me preguntó alzando la voz entre todo aquel griterio.
Asentí mientras me tomaba de las manos y se sacaba del medio de la pista. Mientras nos acercábamos al sector de la barra, lo vimos a Tyler, apoyado sobre la misma, conversando con sus amigos y claramente pasado de copas. Tuve que retener a Justin con mi brazo, o al menos con la poca fuerza que tenía, porque enseguida se quiso abalanzar sobre él para reventarle la cara de un puñetazo.
—No vale la pena. —Le dije mientras lo tomaba aún mas fuerte del brazo.
Justin cedió y nos alejamos hacia el otro extremo de la barra, porque tranquilamente podíamos arruinar esta noche perfecta con una tonta riña que no tenía sentido. Al final pedimos unos tragos con vodka y jugo de frutas. Estaba riquísimo pero era muy fuerte. Justin me desafió a quien lo terminaba primero y sin titubear, gané la competencia enseguida. Él me vitoreó y comenzamos a reir como un par de idiotas. Noté que Justin también se había terminado su trago, y enseguida pedimos otro. Esta vez probamos algo parecido a un Daikiri, pero se sentía mucho mas fuerte. Nuevamente lo tomamos en unos pocos tragos y los mareos habían vuelto.
