Capítulo 10 Secretos del río

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Yo sabía que Claire no parecía tan amable. ¿Cómo sabía Liam que algo pasó si apenas su novia me había encontrado? No creo que sea coincidencia, él sabía que me estaba pasando algo. Si quería jugar conmigo lo logró. Nunca debí de confiar en él y mucho menos… sentir algo por él.

-¿Tú planeaste todo esto con tu novia? –me pare y Liam imitó mi acción.

-___... –se tocó la frente- Yo nunca te haría daño –se acercó y me agarró de los brazos- Me importas y mucho.

Mis ojos estaban cristalizados pero aún así podía percibir su mirada directa a mí, pude sentir su sinceridad, pero desde luego es ese maldito y bello don que tienen los hombros para hacer que les crean y caer a sus pies. <<Me importas y mucho>> sonaba una y otra vez en mi cabeza, me hizo sentir especial aunque sabía que no era si, quise disfrutarlo aunque sea un segundo.

-Eres muy tierna –continuó- y me soportas más de lo que deberías, te has convertido en una verdadera amiga. –Fue como si todo desapareciera y fuera descendiendo rápidamente a la nada tratando que alcanzar la mano de Liam pero lamentablemente me dio la espalda. Sabía que no debía hacerme ilusiones, apunte demasiado alto, de todas maneras sabía que iba a fallar pero no me importó. Él despertó en mí un sentimiento que no fue correspondido.

-Creo que deberías de ir con tu novia, no creo que le guste saber que dormiste aquí. –dije fría.

Bajo la mirada y salió. Subía al cuarto de baño y me metí a la ducha con todo y ropa, todavía me sentí sucia y también  humillada. Empecé a quitarme la ropa debajo de la lluvia artificial tibia casi fría, mis lágrimas se mezclaban con las demás gotas haciéndolas parecer pequeñas.

El cielo de esa tarde estaba nublado con amenaza de llover. Estaba en mi habitación tratando de leer, leí el mismo párrafo diez veces pero no me podía concentrar, los recuerdos me invadían con más intensidad cada vez, terminé aventando el libro con furia rendida ante mi desconcentración. Me incorporé en la cama y empecé a ver el río, ¿qué misterios oculta? Por más que intente hasta en los días más soleados no logró ver más que cientos de pinos. El tiempo pasaba, mi mente seguía intranquila, necesitaba saber que había del otro lado de ese río que atormenta tanto mi mente, no me importaba correr el riesgo, lo descubriría hoy.

Eran cerca de las 7 de la noche, agarré una linterna ya que pronto oscurecería, salí por la puerta de la cocina que daba al patio trasero donde a unos 8 metros estaba ese contenido de agua. Una vez enfrente de este, descubrí  con una rama que el agua me podía llegar por arriba de la cadera, si regresaba iba a ser víctima de los malos recuerdos y de la curiosidad.

La acerca que media de alto más del ancho del río me dio una idea, estaba incompleta por el paso del tiempo, eran solo palos enterrados en la tierra, agarré unos cuantos y los até para después ponerlos de un extremo a otro del río, por suerte si llegaron, lo difícil sería pasar. Mire una vez más hacia atrás antes de dar el primer paso por mi puente improvisado, al llegar al otro lado perdí entre los arbustos la cabaña. La tierra estaba húmeda y unas cuantas rocas de los alrededores estaban cubiertas de musgo, los troncos de los pinos se veía bastante viejos. No creo que ningún secreto oculté esta parte del bosque, decidí regresar pero un ave pasó volando demasiado bajo hasta que se detuvo en una ramas a unos pocos metros de donde estaba, pude ver que de entre los arbustos se asomaba la esquina de una pierda, pero no era como las demás, esta se veía pulida. Me acerqué temerosa a lo que podría ser, quité las ramas que estaban sobrepuestas y sacudí un poco de tierra de encima esta… era una tumba de piedra de un tono gris claro con una cruz levantada en la cabecera de esta, me alejé al instante ¿quién podría ser? Me acerqué de nuevo con más cautela quitando las enredaderas que cubrían la lápida que contenían el nombre, no podía ver muy bien lo que decía, la oscuridad de la noche había azotado el bosque, saqué la linterna y apunté a los relieves de la letras. Me llevé una mano a la boca, retrocedí, una rama se interpuso en mi camino haciéndome caer de espalda, con las manos y pies me fui retrocediendo en el suelo, intenté buscar la linterna pero era inútil estaba demasiado oscuro para ver donde se había ido. Logré levantarme y corrí de nuevo hasta el río, las tablas que había acomodado ya hace un rato no estaban ¿las habrían quitado? ¿¡Quién!? Los arbustos detrás de mí se movieron violentamente haciéndome saber que alguien mas venía tras de mí. Me tomó un segundo decidir en lazarme al río, el agua estaba demasiado helada, no sabía nadar por lo que camine entre las rocas del fondo, la corriente estaba muy  fuerte lo que provocó la dificultad de llegar al otro lado. Salí del agua a arrastras tirándome al suelo para recuperar el aliento. Del otro lado salió una figura de un hombre con una especie de palo con puntas en un extremo de este, me levante y corrí hasta la puerta de la cocina, la jalaba una y otra vez pero estaba cerrada por dentro, rodeé la cabaña hasta la entrada principal, antes de llegar sentí una manos en mis hombros, pude zafarme del agarré, me resbalé con la suela mojada de mis botas pegándome en la cabeza con una piedra, luchaba por mantener los ojos abiertos, al final cedí y me dejé caerme en un profundo sueño.

Hola lectores (: Bueno, solo quiero agradecerles por leer y votar, también por comentar, todos sus comentarios me sacan una sonrisa. Gracias por todo :)

PD: Los que quieran que les dedique un capítulo solo dejen su comentario con su petición.

Tristeza teñida de rojo |Liam & ___(TN)|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora