17. Quédate conmigo

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Payton

Cuando Scott se llevó a Scarlett, los oficiales volvieron a esposarla para conducirla a su habitación. Yo iba a seguirlos cuando Stiles agarró mi brazo, deteniéndome. Giré con lentitud, enfocando mi mirada en sus ojos. Mi corazón se aceleró en mi pecho y agradecí que él no fuera hombre lobo porque eso me hubiera delatado bastante.

— Realmente lamento que esté haciéndole esto a Scarlett, Payton —se disculpó con voz ligeramente ahogara y ronca por las lágrimas que había derramado cuando estuvieron los tres juntos.

— ¿Por qué te estás disculpando conmigo? —pregunté, ladeando mi cabeza con confusión.

Stiles encogió sus hombros un poco, su vista en sus manos.

— No lo sé. Parecía lo correcto —murmuró, jugueteando con sus dedos.

Reuní toda la osadía en mi sistema, dando un paso hacia él y coloqué mis manos sobre las suyas. Se veían diminutas en comparación con el tamaño de las de Stiles. Su piel estaba fría, pero todavía podía sentir un poco de calidez entre el contacto de nuestras pieles.

Sentí un nudo en mi garganta al recordar sus palabras cuando dijo lo de la demencia frototemporal. Él no podía tenerla. Prefería que fuese a causa del nogitsune porque nos daba tiempo de buscar alguna alternativa. Siempre lo hacemos. Nuestra manada nunca se daba por vencida para salvar a los nuestros.

Y tenemos que salvar a Stiles y a Scarlett. Dos piezas importantes de nuestro núcleo. Ellos eran el humor y el sarcasmo. Las mentes brillantes, los planes maestros, la chispa de astucia entre nosotros. Nunca podríamos superar a los villanos sin ellos. Seríamos un completo desastre.

— Vamos a salvarte, Stiles. Sea lo que sea, lo haremos. Confío en Scott —le aseguré, sintiendo mi voz ahogarse por el nudo que se formaba en mi garganta.

— ¿Y si no pueden? —susurró su pregunta.

Sentí mis ojos quemar con las lágrimas retenidas en ellos. Si no podíamos salvar a Stiles, significaba que yo iba a perderlo todo. Perdería a Scarlett, mi mejor amiga, y la única familiar que me quería. Y también perdería a mi nueva esperanza.

Stiles era mi nueva esperanza.

Lo supe en la fiesta de Danny. De hecho, fue cuando lo besé en los vestidores que lo sentí por primera vez. Isaac pudo haber sido mi primer amor, pero besarlo no me provocaba paz, no me hacía encajar ni sentir como si el mundo entero temblara bajo mis pies. Por fin había entendido la calma que Stiles me daba cuando nos besábamos.

Era esperanza.

Un corazón roto o un amor fallido no eran el fin del mundo. Todo el mundo los supera. Sin embargo, no hay nada peor que sentir que no tienes nada. Y así era como me sentía antes de llegar a Beacon Hills. Sola, desesperanzada y rota. Scarlett, Scott, Lydia, y todos los demás me ayudaron con mi soledad y a no estar tan rota, pero fue Stiles quien me dio esperanza.

— No digas cosas así —pedí.

Una lágrima se escapó de mi ojo y rodó con lentitud por mi mejilla. Ni siquiera me molesté en limpiarla porque sabía que si lo hacía iba a terminar derramando más lágrimas.

— ¿Estás llorando? —preguntó.

— ¡Claro que estoy llorando, idiota! —exclamé, dándole un pequeño empujón en el hombro mientras sentía más lágrimas deslizarse por mi rostro.

ENEMY DARK ▲ TEEN WOLF   ➃Where stories live. Discover now