ENEMY DARK ▲ TEEN WOLF ➃

6. Perdiendo el control

Derek iba a matarme cuando se enterara lo que estaba haciendo. Cuando me pidió que cuidara del loft, incluía no llevar a la mitad de la manada allí para enseñarle a Scott a rugir como un verdadero alfa. Sin embargo, como la rebelde que soy, tenía que acceder a abrirles el loft para que pudieran cumplir con ello. Todo había sido con la excusa de que era el mejor lugar para entrenar a Scott porque nadie iba a escucharlos. Principalmente porque el único que vivía en el edificio era Derek.

— Si rompen algo, juro por...

— Scarlett, cállate, ¿quieres? —me interrumpió Lydia.

Mordí el interior de mi mejilla con molestia y abrí la puerta del loft, maldiciendo en mi interior. Sí, en definitiva, Derek iba a matarme cuando se enterara. Entramos al loft y pudimos ver que se encontraba completamente vacío. No había ni rastro de los gemelos allí.

— ¿Están seguros de que no estoy arriesgando mi relación por nada? —insistí, metiendo las llaves en mi bolsillo.

— Dijeron que nos veríamos aquí —replicó Lydia, sosteniendo su bolso con su mano mientras miraba a su alrededor en vano. No estaban allí.

De repente escuchamos el ruido de un puño contactar con piel y giré de forma automática. Los gemelos habían aparecido de la nada a ambos lados de Scott, lo golpearon y lo lanzaron al medio del loft con su súper fuerza. Stiles y Payton, alejaron a Lydia de allí por miedo a que saliese herida, y yo me quedé frente a la puerta sin saber qué hacer. Solo estábamos viendo a los gemelos patearle el trasero a Scott. ¡Él ni se defendía!

¿Acaso a Scott nunca le enseñaron esa parte de 'si te pegan, pégales más fuerte'? Porque a mí sí. Mi...padre lo hizo. Esa fue la manera en la que nunca me llegué a sufrir de acoso escolar.

— Si manchan el suelo con sangre, lo limpiarán ustedes —amenacé, contrayendo mi rostro en una mueca de dolor ajeno.

— Scarlett, ¡cállate!

— Lydia, lo limpiarás tú por sugerir el loft en primer lugar —mascullé al ver que Scott caía al suelo, la sangre bajando por su barbilla.

— Creí que me enseñarían a rugir —habló él con voz ronca por la tremenda paliza que estaba recibiendo.

Oh, vamos. No se estaba defendiendo. Honestamente, si me estuviesen golpeando a mí, ya estuviesen muriendo.

Pero esa soy yo.

— Lo haremos. Debes entregarte —informó uno de los gemelos.

¿Cuál era? Bueno, digamos que todavía confundo a Katy Perry con Zoey Deschanel, así que no me juzguen si no puedo identificar a dos personas que son físicamente idénticas.

— Te entregas y lo dejas ir. Así nos enseñó Deucalion —dijo el otro, levantó a Scott de la camisa, obligándolo a permanecer de pie, aunque estuviese débil.