7. La chica atractiva

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La noche antes de Halloween era una de las favoritas de los estudiantes de Beacon Hills. Especialmente porque era la víspera del cumpleaños del entrenador, lo que significaba hacerle miles de travesuras y bromas pesadas durante todo el día. Eso solo aumentaba su odio hacia el mundo, pero no nos importaba. Sus reacciones eran absolutamente épicas. Valía la pena levantarse en medio de la noche solo para prepararlo todo. No era como si estuviese durmiendo mucho de todas formas.

Las pesadillas no habían cesado, aún después de lo de Malia. Scott había recuperado el control, Stiles podía leer a la perfección y Allison ya no estaba siendo atormentada por su tía muerta. Cuando todos lucieron contentos porque todo había terminado, tuve que mentirles y hacerles creer que yo también volví a la normalidad.

Pero no era así, sino que había empeorado considerablemente. No solo estaba teniendo pesadillas, sino que había comenzado a tener episodios donde olvidaba todo lo que había hecho horas antes. Era un borrón en mi memoria, la cual estaba comenzando a estar llena de baches y lagunas. Estaba olvidando grandes partes de mis días y no podía hacer nada por detenerlo.

A ello se le sumaba que también estaba comenzando a escuchar voces. A principio pensé que se trataba de tener la puerta mental entreabierta, pero ahora era constante. Estaba ahí, susurrándome que lo dejara tomar control, que lo dejara entrar. Pero no debía hacerlo. No debía dejarlos entrar.

— Traigan sus traseros aquí, ahora. Tenemos una misión —escuché la voz de Stiles a través del teléfono de Scott.

Ambos estábamos haciéndole creer que no iríamos a ayudarlo con lo que tenía planificado para el entrenador este año. Después de todo, era noche de travesuras.

— Amigo, ya estoy en la cama. ¿No estamos un poco viejos para esto? —le dijo Scott, haciéndome una seña para que lo siguiera al interior de los vestuarios de los chicos.

Porque sí, entrar a la escuela durante la madrugada era algo casual en nuestras rutinas.

— Lo hacemos para el entrenador —recordó Stiles.

— Pensé que se lo hacíamos al entrenador.

Apreté mis labios en una fina línea para evitar reír de forma ruidosa al encontrarle el doble sentido a sus palabras. Últimamente le encontraba doble sentido a la mayoría de las cosas, y ya me estaban tachando de pervertida. No obstante, yo lo culpaba al hecho de estar a pan y agua con Derek durante casi un mes. ¡Tres semanas era demasiado tiempo!

— Lo que sea, ¿sí? Lo necesita. Es vital para él. Le encanta.

Eso era mentira. El entrenador parecía a punto de matarnos cada vez que lo hacíamos, pero si eso lo ayudaba a dormir en las noches...

— Pero es la mitad de la noche —protestó Scott.

— Las doce y quince para ser exacto —especificó—. Lo que significa que es oficialmente la noche/día —dijo, abriendo su casillero para sacar un taladro. ¿De dónde demonios sacó tantas herramientas?—. Y, como coincidencia fortuita, el cumpleaños del entrenador. Así que si no levantas a Scarlett y la traes aquí junto a ti en cinco minutos, los destruiré a ambos. ¿Sí? Y quiero de ir en cinco, cuatro, tres, dos...

Scott y yo hicimos brillar nuestros ojos, de modo que Stiles se llevó un susto de muerte cuando volteó. Soltó un pequeño grito y cayó al suelo, junto a todas sus herramientas. Esta vez, me permití reír con ganas.

— Uno —terminé la cuenta regresiva.

Y Scott sonrió como un niño pequeño.

Adoraba al par de fenómenos.

ENEMY DARK ▲ TEEN WOLF   ➃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora