Cap. 34: Visita inesperada

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Capítulo 34

Visita inesperada

     —Tenemos que entrar con sigilo —le dije a Paula—. Puede que adentro esté mi enfermera, no sé a dónde se fue.

     —Está bien —dijo.

     Giré la perilla de la puerta y esta chirreó, maldije por lo bajo y entré de una vez. Le di señas a Paula para que entrara y lo hizo.

     —¿Te escapaste, Valerie? —escuché una voz muy familiar a mi espalda.

     Me giré con un gesto de nervios y casi lloro de la emoción al ver quien lo dijo.

     —¡¡No puedo creer que estés acá!! —chillé dándole un abrazo gigante y saltando como una niñita.

     —¡Oye, cálmate! ¡Se te va a caer la pierna si sigues saltando así! —dijo Ruth abrazándome.

     Empecé a reír como una loca y no la soltaba.

     —¡Creo que me voy a quedar sorda si me sigues gritando al lado del oído! —gritó haciendo un rasgado en su voz.

     —¡Es que… te extrañaba tanto! —dijo viéndola como una madre orgullosa—. ¿Por qué no habías venido antes, ah?

     —Nick me avisó ayer que ya habías despertado.

     —Estúpido, te avisó muy tarde, siempre siendo tan idiota y bueno para nada, es un imbéc…

     —¡Valerie! —me interrumpió Ruth mirándome muy extrañada.

     —¿Qué?

     —¿Por qué estás diciéndome esto?

     —Pues… siempre me quejo contigo de Nick —dije confundida, porque no fue una afirmación, eso sonó a pregunta.

     —Espera un momento, mujer… ¿No recuerdas algo tal vez? —preguntó entrecerrando los ojos.

     —Tengo Alzheimer —le dije.

     —No es Alzheimer, idiota —dijo Ruth riendo, y riendo y riendo mientras se cogía el estómago—. Eso les da más que todo a los ancianos, y si es por un accidente, de seguro es Amnesia.

     —Ah.

     —Entonces… ¿Qué es lo último que recuerdas, nena? —preguntó sentándose en la silla que estaba al lado de mi camilla—. ¡Oh, pero que grosera soy! —dijo mirando a Paula—. ¿Tú eres…?

     —Paula. —dijo ella tímida e incómoda.

     —¡Oh sí! Lo lamento, Paula —me disculpé—. Es que a ella la extrañaba mucho.

     —No te preocupes, se nota. —dijo sonriendo—. Igual son muy graciosas. ¿Sabes, Valerie? Iré a buscar a Nick ya que no está acá. Él, de seguro no sabe que estoy acá porque no me ha visitado —hizo cara de desilusión y yo fruncí el ceño—. Iré a buscarlo —y diciendo eso se fue.

     —¿En qué íbamos? —le pregunté a Ruth apenas Paula salió de la habitación haciendo mala cara, pero cara de decepción.

     —¿Qué es la última cosa que recuerdas?

     —Ah, la verdad no estoy muy segura de cuál fue exactamente el último día, pero preciso que tal vez fue, el día en que estábamos en el cole y Justin te habló por primera vez —Ruth bajó la mirada con tristeza—. Y tú estabas demasiado… —me detuve al ver su expresión—. ¿Qué pasa, Bari?

Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora