Cap. 5: ¿Y el odio?

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Capítulo 5

¿Y el odio?


     Después de dormir un poco por el infernal dolor de cabeza que tenía, fui a buscarlo a su habitación. Abrí la puerta y estaba en su cama tumbado boca arriba con sus ojos tapados con sus propias manos.

     —¿Qué haces aquí? —me preguntó con un tono tierno al sentir su presencia.

     ¡Dios mío! Era aterrador escucharlo hablarme tierno, la manera en la que me hablaba no era propia de Nick, ¡me había hablado tierno! Siempre que entraba a su habitación me empezaba a arrojar cosas para que me fuera o a gritarme que era una estúpida mientras yo corría por toda esta haciendo un caos. Creí que haría lo mismo esta vez y estaba preparada para luchar pero su reacción fue totalmente impredecible.

     —Nada, yo, este, venía a decirte que... —no supe que decirle—. Nada, deja así —dije al fin y me fui.

     Él salió tras de mí y me cogió por el brazo haciéndome girar, al tiempo hizo que nuestros cuerpos se unieran de una forma muy reducida. Ambos, después de eso, teníamos una tensión muy fuerte. Él empezó a besarme y yo lo aparte golpeándole el pecho.

     —¡Para! —ordené mirándolo con miedo.

     —¿Qué pasa? —preguntó.

     —Pasa que... Somos hermanos —dije con rudeza y con una pizca de sarcasmo.

     —No, no lo somos —dijo sonriendo lo cual me provocó algo muy extraño y también ganas de matarlo.

     —¿Qué pasa, Nick? ¿Ya no me quieres matar? Siempre has sentido un gran desprecio hacia mí, eso no puede cambiar de la noche a la mañana.

     —Val...

     —No me digas "Val" —dije callándolo—. Me da miedo.

     —Bueno, Valerie, pienso que antes no te conocía, y no conocía tu cuerpo y tus besos. Teníamos más un relación de hermanos y eso hacía que te odiara y tú a mí. Ahora entiendo porque Edward habla tanto de ti, nena. Eres hermosa y no me había dado cuenta de eso.

     —Lo dices solo porque hicimos eso. Eso es lo único que quieres ¿no? —dije con rabia y con la misma expresión de miedo en mi rostro.

     —No Val, no —lo miré con miedo, no estaba acostumbrada a apodos tiernos y mucho menos de Nick—. Esto créeme que es tan extraño para mí, como para ti. Fueron tus besos los que me hicieron sentir completo y sí, eso también me ayudó. Nunca me había sentido tan bien como contigo.

     —¿Qué piensas hacer?, ¿tener una relación? ¡Es imposible! Somos hermanos, o por lo menos así es como nos ve toda nuestra familia, Nick. No es tan sencillo.

     —Pensaré en qué hacer después, por el momento... —dijo guiñándome un ojo.

     —Por el momento nada —dije soltándome del pequeño agarre en el que me tenía—, no soy como el resto de chicas que sueles traer a casa.

     —Por el momento nada —dije soltándome del pequeño agarre en el que me tenía—, no soy como el resto de chicas que sueles traer a casa

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Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora