Cap. 12: ¡Gran actuación!

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Capítulo 12

¡Gran actuación!


     Desmayarme. Esa era la mejor manera de llamar la atención y no permitir que mi madre entrara a ese cuarto donde fue mi primera vez.

     Mamá alcanzó a abrir la puerta, pero no alcanzó a ver bien el interior porque "me desmayé". Empezó a gritarle a mi padre para que me cogiera y con los ojos entrecerrados vi como Nick se acercaba corriendo con cara de preocupación.

     Papá me levantó y me llevaron a mi habitación. Podía sentir la impotencia de Nick al no poder hacer nada, o no poder demostrar preocupación ya que sospecharían. Se cruzó de brazos para parecer relajado pero veía su cara de preocupado. Me botaron en la cama y estaban muy preocupados.

     —¡Trae la camilla que está en el garaje! —espetó mamá a papá.

     —¡No sé dónde está! —exclamó papá.

     —Está cerca de las herramientas de trabajo.

     —¡No sé dónde está! —espetó con más fuerza—. ¡Ve tú!

     —¡Es muy pesada, Jhonny! ¡No puedo bajarla!

     —Deberían ir los dos. —propuso Nick con calma haciendo que el ambiente cambiara de una manera drástica—. Mamá sabe dónde está y papá la trae. Todos felices.

     —Ok, cuida a Valerie mientras tanto.

     Nick asintió y mis papás salieron corriendo de la habitación en busca de la camilla.

     —Escúchame con atención —dije cuando se fueron levantándome muy rápido y mirando cautelosamente hacia todos lados, provocándole a Nick un susto y provocándome a mí ganas interminables de reír.

     —¿Qué? —dijo ahogando un grito con los ojos bien abiertos—. ¿No estás inconsciente? ¡Casi me matas, Val!

     —Ya lo sé. —dije tratando de ahogar unas inmensas carcajadas por la reacción de Nick y me cogí el estómago con una mano y la boca con la otra, quería reír demasiado pero tenía que calmarme—. Mamá estaba por entrar al cuarto de huéspedes.

    Se quedó pensando y se levantó exaltado.

    —¡Mierda! ¡El preservativo, la cama, mi cinturón y mi chaqueta!

     —¡Exacto! —exclamé—. Espera ¿qué? ¿Dejaste todo eso ahí?

     —Sí, gracias por acordarme, lo estuve buscando como loco.

     —Bueno, eso no importa. Ahora cuando ellos vuelvan, no sé di que tienes que ir al baño y saca las sábanas de ahí y todas esas cosas, arregla la habitación.

     —Pero... ¿Qué hago con las sábanas?

     —Quémalas, bótalas, lávalas, escóndelas. No sé, sólo hazlas desaparecer.

     Y escuchamos que subían rápidamente gracias a papá que decía «maldita camilla inservible». Me tiré a la cama para hacerme la desmayada de nuevo y Nick se rio. Me hizo reír y le pegué una patada.

 Me hizo reír y le pegué una patada

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Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora