Valerie es una chica de 16 años con un hermanastro mayor, Nick de 18 años. Su madre conoció a Jhonny su padrastro cuando ella tenía tan solo 2 años de edad. Valerie ha vivido casi toda su vida con ellos y siempre ha odiado a Nick, hasta una reunión...
El juego que propuso esta chica Luisa, consistía básicamente en hacer un grupo de hombres y otro de mujeres, cada grupo debía escoger una persona para que entre a un cuarto oscuro. Primero entraba la mujer elegida y después el hombre. Ambos grupos tenían que estar separados para no ponerse de acuerdo en nada, y una vez reunidos en el cuarto oscuro tenían que hacer cosas... Sí, esas cosas. Nadie dentro del cuarto podía hablar para no revelar la identidad, el juego era más conocido como 7 minutos en el paraíso en el cual claramente se podían estar tan solo 7 minutos haciendo lo que quieras con quien quieras. Todos aceptamos e hicimos los grupos rápidamente.
El lugar perfecto para hacerlo era un cuarto que teníamos, era el cuarto de huéspedes, no tenía bombillo y ni una ventana. Era muy, muy oscuro, así que ese era perfecto.
En nuestro grupo, discutíamos sobre quién sería la que entraría en ese cuarto. Pensábamos a quién podrían escoger. A mí me gustaba Edward y todas lo sabían. Pensamos que ellos escogerían a Edward así que me mandaron a mí. Me entraron rápido al cuarto. Fue una decisión acelerada ya que no teníamos certeza de que era a Edward a quien iban a entrar a ese cuarto.
¿Y si no era Edward? Yo no me iba a besar con ningún otro amigo de Nick, o hasta con mi propio amigo, no, no. Eso no podía pasar, no podía ser un buen juego. No se veía nada y empecé a buscar la puerta para salir y detener todo eso, pero los tragos que llevaba encima me hacían perder completamente el sentido de la ubicación. Tenía muchos nervios y estaba enojada por no encontrar la puerta.
Al hacer esos intentos choqué con un cálido cuerpo, ¡ya había un chico ahí! Sentí su respiración en mi cuello. Me cogió las caderas y junto mi cuerpo al suyo. Tenía mucha seguridad o muchas ganas de hacer algo. Empecé a tratar de alejarlo pero al tocar su brazo sentí como si hubiese sido el brazo de Edward y empecé a sonreír, él empezó a buscar mi boca y me besó de una manera realmente hermosa, sentí millón de cosas, tal vez fue amor... o ganas de vomitar, el caso fue que sentí mucha confianza en él.
Yo no entré con la intención de tener algo más que un beso de mi Edward, pero mi Edward estaba decidido en tocarme suavemente y besarme de una manera que de verdad me enamoraba. Me besaba y yo sólo pensaba en como mi estómago se sentía, de verdad, sentía que iba a vomitar encima de Edward y pasaría el peor día de mi vida.
En segundos me tiró a la cama y se posó sobre mí. Me quitó la camisa con agilidad y repetí el acto con él. Empezó a subir sus manos por mi espalda y me quitó los broches del bra. Quedé con mis senos al aire y él bajó su lengua y rodó estos; solo gemía ante tan excitante sensación. Le quité el pantalón y pude sentir que su miembro estaba erecto, él hizo lo mismo y llevándose de paso mis panties. Estaba completamente desnuda. Gemíamos en silencio mientras quitaba sus bóxers. Él jadeaba deseando más. Subí hasta sentir su miembro y lo tocaba a una gran velocidad, dándole lo que quería. A continuación escuché un plástico romperse y sin vergüenza aeguré que ya tenía el condón puesto. Me abrió las piernas, yo estaba sin aliento y el corazón me latía a mil. ¿Qué esta haciendo? Estaba a punto de parar las cosas pero introdujo su dedo en mí, sentí un gran placer y me dejé llevar.
Mi corazón latía más fuerte que nunca, entró en mí con severidad y lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas. Apreté los dientes con fuerza evitando gritar o sollozar. Él se movía con velocidad y potencia llevándose mi virginidad de una manera para nada sutil.
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