Capitulo XVII: ¿Quién Nos Conoce, Papá?

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Hace algunos años, recuerdo que en mi fascinación por la música popular de aquellos años, hice mi propia y muy solitaria versión de los Grammy: nominé bandas y artístas en distintas categorías, entre ellas, “Mejor Artísta Nuevo” (Sé que es patético, pero por otro lado, ver los premios que se organizan en Wattpad me hace sentir un poco mejor conmigo mismo).

En el lejano año del 2002, dos de los nominados a esa categoría eran el grupo californiano The Calling, que en aquellos tiempos tuvo un enorme hit con su canción “Whatever You May Go”. Una balada melosa pop-rock que pareció agarrarnos a todos en el humor correcto porque la melodía estaba en todas partes. El otro acto era la cantante canadiense Avril Lavigne, que para aquel entonces ya había tenido un buen éxito con canciones como “Complicated” o “Sk8ter Boi”.

A la hora de decidir el ganador, ¿a quién elegí? En mi mente, The Calling pareció más relevante y con mayor potencial de aguantar la prueba del paso del tiempo. Por supuesto, eso no fue así: muchos probablemente ni siquiera tengan idea de que banda es esa en primer lugar, mientras que, por otro lado, si bien Avril Lavigne no es tan grande como hace algunos años, creo que no es inusual pensar que quienes lean esto al menos hayan oído una de sus canciones.

Esa introducción tiene un punto, no son sólo mis desvarios por no tomarme el medicamento: ¿Qué marcó diferencia entre ambos artistas? Los dos parecían tener una carrera prometedora, y sin embargo, es incomparable el rumbo que una tomó conforme al del otro.

Lo mismo sucede con la ficción. En ocasiones aquello que es un éxito en su momento de salida puede caducar rápidamente con el paso del tiempo, y por el contrario, algunas obras que no tuvieron gran peso pueden convertirse en clásicos.

Existe una anécdota clásico que conocen los aficionados al cine: en 1942 salió la Magna Opus de Orson Welles, “El Ciudadano Kane”. El filme es hoy en día considerado una autentica obra de arte, y muchos conteos la colocan como la mejor película de todos los tiempos. Naturalmente ganó el premio a mejor película en la entrega de los Oscares, ¿no?

No.

La ganadora fue un drama llamado “¡Qué Verde era mi Valle!”, la cuál apenas es recordada en nuestros días, y su fama no proviene tanto de su calidad como obra sino en ser conocida como “la película que le robó el Oscar al Ciudadano Kane”.

Es sorprendente ver la cantidad de clásicos de todos los tiempos, Y de todos los medios que en realidad no fueron bien recibidos en primera instancia: Moby Dick fue destrozada por la critica allá en su año debut de 1851; la película Fantasía, la que Walt Disney consideraba su mejor pelicula no logró siquiera recuperar el costo de producción. Y luego tenemos ejemplos clásicos como Van Gogh, que aunque no es un creador de ficción, ejemplifica muy bien los caprichos de la percepción de la calidad, al ser considerado hoy uno de los pintores más celebres de la historia y sin embargo, sólo haber podido vender un cuadro en su vida (y a su hermano).

Dudo mucho que algunos de ustedes que leen esto, y que tienen alguna obra, no deseen el éxito, pero eso puede ser engañoso. En ocasiones me preguntó si, por ejemplo, “El Club de Hopewell” seguirá siendo leído. No es que sea un hit, pero en el contexto de los libros de este sitio, se puede decir que ha tenido algo de recibimiento, pero no existe garantía que eso siga así. En un año, podría ser completamente olvidado.

Creo que para ilustrar mi punto, volveré a la música: en un rincón de la Internet de cuyo nombre no quisiera acordarme, vi artículo dedicado a artistas “One Hit Wonder” (que sólo tuvieron un único exito), hablaron de The Turtles, una banda de los años 60, cuya canción más conocida, “Happy Together” ha trascendido y sigue siendo usada hoy en día desde filmes hasta comerciales. El problema es que técnicamente la banda no es un One Hit Wonder: tuvieron NUEVE éxitos en el top 40 del Billboard.

¿Qué hace que algo que de hecho probó éxito constante sea tan olvidado que apenas se recuerde una novena parte de su grandeza?

Nadie lo sabe en realidad. No con certeza al menos; si yo supiera la formula para que mis obras perduren, creo que ni siquiera estaría aquí, pero existen algunos patrones que he notado, y el más grande es que la gente tiende a seguir buscando aquellas obras que siguen teniendo relevancia y sus mensajes o temas siguen resonando en la cabeza de la audiencia.

Para ejemplificar este punto, esta vez daré dos casos de la caja idiota: a principios de los 90, “Murphy Brown”, una comedia sobre una exitosa madre soltera estaba en boca de gran parte del público estadounidense. Era LA serie de la que se hablaba, y por su mera temática existía enorme controversia, al grado de que el aquel entonces vicepresidente de los EEUU, Dan Quayle, se metió en la polémica.

La serie vivió un gran momento, y todo el ruido se vio reflejado en los ratings que el show jalaba para si.

Pero han pasado años, ¿la serie se sostiene? Tristemente para muchos fans, no. El tema de una madre soltera hoy en día no escandaliza demasiado a persona alguna, y tampoco ayudo que el programa basaba mucho de su humor en chistes tópicos (es decir: de sucesos del momento). Creo que para notar el cambio de percepción de calidad se puede notar en que se anunció con bombo y platillo la salida de la primera temporada del show en DVD, pero las ventas fueron tan decepcionantes que se cancelaron planes de poner a la venta cualquiera de la siguientes.

Por otro lado, shows como Los Simpson, aún cuándo su casi perpetua presencia en la televisión es un chiste en si mismo, aún poseen episodios clásicos de casi 20 años de antigüedad o más, pero que siguen teniendo algo que decir para las audiencias modernas. No todos los episodios logran mantener su agudeza en comentario social y humor, pero existe una razón por la que, al momento en que escribo estas lineas, en Facebook existan grupos de fans dedicados a la familia amarilla mientras que el número de grupos dedicados a Murphy Brown...no es tan alto.

Podemos entonces, suponer por ese ejemplo, que basar tu historia en temas actuales puede hacer lucir tu serie dinámica y fresca pero esa frescura tiende a ser fugaz; cuando los temas pasen de moda y se produzcan cambios en la historia, realmente no hay garantía que se sobreviva.

También, el factor “polémica”. Un tema que en una época puede considerarse fuerte o controversial no lo será eternamente, al menos no en la mayoría de los casos. Será interesante ver si muchas de las obras que hoy encienden opiniones acaloradas por sus temas o tramas seguirán sosteniéndose de algunos años desde hoy. Piensen en los temas “polémicos” que afrontan nuestras sociedades. ¿Qué tal el concepto de matrimonios del mismo sexo? Por más “cruel” que suene, mucha de la oposición proviene de los miembros mayores de nuestra sociedad, y una vez que esa generación se vaya, el tema dejará de ser tan polémico. Muchas obras de nuestros días tratan temas así, y puede que cuándo se deje de ver como inusual y pase a ser lo normal, dejarán de verse tan innovadoras y de vanguardia.

En comedia, existe otra manera en que una historia puede expirar prontamente y es derivada de lo contado anteriormente: las excesivas referencias a la cultura pop. Claro, en aquel entonces pareció hacer buena idea un chiste sobre los amoríos de Clinton o la Macarena, pero creo que a la distancia el humor se pierde y no significa cosa alguna para las nuevas generaciones.

Muchos sostienen inclusivo que la comedia es especialmente proclive a pasar de moda. Seguimos leyendo o viendo dramas de décadas, en ocasiones en el caso de la literatura, siglos atrás, pero la comedia parece depender mucho de siempre buscar la novedad. Es divertido leer algo de Mark Twain, pero creo que muchos no entenderán la verdadera gracia que sus obras tuvieron en su momento.

Pero quizá sea demasiado ambicioso pensar en crear algo que perdure por los siglos de los siglos, porque en muchos casos, depende de suerte, o de cambios sociales, u otros factores que son imposibles de controlar. Lo mejor es tratar de hacer la mejor historia posible, y pensar primer en tener éxito en el hoy, y aun en eso no existe garantía de perdurar.

¿Y que grandes nombres y obras del hoy van a lograrlo? ¿Quiénes seguirán siendo leídos o escuchados por nuestros hijos o nuestros nietos? Quizá habrá sorpresas, después de todo, si algo hemos aprendido es que los gustos pueden dar giros enormes, y aquello respetado y amado puede pasar al olvido o ser objeto de burla, mientras aquello que no recibe apreció, o inclusive atención puede tomar fuerza de aquí a unos años.

Eso únicamente se sabrá esperando.

Shalom camaradas.

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